jueves, 9 de abril de 2009

Lazos |Cap 2|

Capitulo 2:

La leve luz que traspasaba el cristal de la ventana le hacia arder levemente sus pupilas. El clima ha vuelto a la calma, aunque el sol no brillaba con una resplandeciente energía, no parecía muy próxima algún tipo de tormenta.

Era Domingo, por lo tanto ese día tampoco tenían que ir a clases. Por lo cual al fin, luego de un sábado aburrido, los niños del orfanato consiguieron salir al exterior para intentar divertirse un poco.

Pero él se encontraba allí, sentado en el suelo gris, tan solo contemplando la blancura de unas piezas de cartón. No estaba acostumbrado a la comunicación con sus pares, por lo tanto nunca compartía algún tipo de actividad o juego con el resto.

Su mundo estaba compuesto por él y la profunda esfera que lo separaba de los demás a su alrededor. Un niño serio, callado, que no reflejaba sentimiento alguno. Si se golpeaba, no se quejaba, si le gritaban, no respondía, si se sacaba una buena calificación, no demostraba felicidad...Todos sus días eran así, carecientes de sensaciones algunas. Tan solo era como un dispositivo inteligente, que conseguía moverse, pero que la mayoría de su tiempo lo pasaba armando su pluzzle una y otra vez, o simplemente con otro tipo de juguete que encontrase.

La comunicación o interacción no aparecía en la lista de vida. Acercó lentamente su mano a su cabeza, sostuvo entre sus dedos una pequeña cantidad de cabello y lo empezó a enroscar lentamente, a la vez que dirigió su mirada al pasillo. Este estaba siendo recorrido por una gran cantidad de huérfanos.

Pudo notar el simple hecho de qué algo o alguien, llamaba la atención de esa revoltosa multitud, levemente su puso de pie y en paso lento se dirigió a la salida de la sala en la que se encontraba. Se podía ver a un grupo de niños y niñas, observando la puerta de un cuarto en particular. Llego a recordar, que era la misma de la que le había platicado con Roger el día anterior. El huésped había llegado y al parecer, todos estaban interesados en saber quien era.

-Niños por favor, despejen el pasillo y diríjanse a desayunar.-exclamó a los demás presentes, mientras que con ayuda de sus brazos los dirigía a la amplia puerta del comedor.-Tu también deberías ir a desayunar algo, Near.- dirigiendo su mirada al albino que se encontraba nuevamente en el suelo
.
-Lo pensare.-pronunció levemente, colocando una pequeña ficha del pluzzle en su respectivo lugar en el tablero.

-¿Quién estará allí? No vi que nadie alla salido de esa habitación...-susurro una niña de cabello castaño a su amiga que la acompañaba, caminando ambas por el pasillo rumbo al comedor del orfanato.

-Parece que tan solo el señor Roger saben quien esta allí... ¿Sera un niño o una niña?...Lo...-las palabras se fueron perdiendo con la distancia que ya habían recorrido ambas jóvenes.

El albino comenzó su marcha, se detuvo. Sus ojos azabaches se encontraban observando la puerta que hace unos momentos estaba rodeada por un pequeño grupo de niños...Y luego siguió su camino, hasta llegar al lugar en donde desayunaría.

Fue el ultimo en llegar, los demás que integraban el orfanato ya se encontraban en diferentes mesas, tomando te y comiendo galletas que acompañaban a la caliente bebida.

El tan solo se acerco a uno de los lugares vacios, el simple hecho de quien estuviera a su lado no le importaba, jamás habia tenido comunicación con ninguno de sus pares. Miro por unos segundos la pequeña taza y dio un pequeño sorbo al líquido que contenía. Sostuvo una galleta, le dio un simple mordisco y la dejo nuevamente en su lugar.

Luego de esos actos se puso de pie y se dirigió a la salida del comedor. En esa ocasión no tenia apetito, por lo cual no habia necesidad de alimentarse más. Su pequeño cuerpo ya se encontraba recorriendo lentamente el pasillo rumbo a una pequeña sala, que no se encontraba tan lejos de allí, tan solo tendría que pasar el lugar en que se ubicaban las diferentes habitaciones.

-¿Habré dejado allí mi pluzzle?-Pensó por unos segundos deteniéndose, antes de llegar a la puerta del primer cuarto.- No estuve en ningún lugar, tan solo allí.-susurró para el exterior levemente y continuo su marcha.

-¡Mello!-Exclamó un pelirrojo desde el otro rincón del pasillo.-¿Qué ocurre?.-

Ya eran las seis de la tarde, las horas habían pasado muy rápido. Se habían encontrado en el jardín jugado desde que finalizo el desayuno y ahora se estaban dirigiendo a su alcoba para descansar un momento de tantos juegos.

El rubio en mitad del camino se habia detenido, dejando que el muchacho de googles se adelantara a él.

-Nada Matt...Tan solo me pareció escuchar algo.-contestó recobrando la marcha y se puso a un lado de su compañero.

-¿Escuchar algo?...-dirigió su mirada hacia atrás.-Ah...Esa habitación. No debe ser nada Mello, seguro que debe ser un niño en su cuarto, eso es todo.- pronunció mientras sacaba un cigarro de una pequeña caja blanca.

-Aún sigues con eso.-dijó severamente a Mail, que tan solo hizo más que prender el elemento, que hace un par de años se habia transformado en un vicio, difícil de superar y que jamás conseguiría hacerlo.

-Vamos Mello, ambos sabemos que aunque me sigas criticando, tan solo seguiré fumando, es algo que no puedo contener.-Girando la perilla de una puerta y entra al cuarto.-Ya se lo que te preocupa.-susurró antes de que el rubio consiguiera sentarse cómodamente al borde de su cama. Movió su cabeza levemente, para escuchar lo que le diría.- ¿Aún sigues pensando en ese examen, no?- recibió un gruñido y el joven se giro para no mirarlo a la cara.- Como esperaba.-se recuesta a lo largo de su lecho.- No sé porque pero siento algo extraño...-susurró dejando su ya, terminado cigarro a un lado.

-Seguro no debe ser nada Matt. Deja de fumar, que ya estas empezando a sentir cualquier cosa.-se siente el crujir que producía la porción de chocolate a ser mordida por su blanca y filosa dentadura.

-¡No dudes de mis sentidos sensoriales!-un almohadón le rosa la cabeza.- Cada día eres más amigable Mello.-el segundo le da en la mitad del rostro.-De acuerdo, ya entendí.-Agarra el la esponjosa almohada y la deja en la cama de Mihael.

-Mejor guarda silencio y duerme. Seguro la falta de sueño te hace mal al cerebro.-gruño ya totalmente recostado en su lecho.

-¿Tan temprano y ya duermes, Mello?-

-Estuvimos más de diez horas corriendo, claro que me encuentro cansado, Matt. Pero no tanto como tu.- observando que las piernas del mayor temblaban de tanto ejercicio.

-Sinceramente si, será mejor descansar. Además de que mañana tenemos cinco exa....-Las palabras se esfumaron al notar que el rubio se encontraba durmiendo ya. Las ultimas noches habia descansado muy poco, siempre estudiando y estudiando...Se merecía dormir por un momento, por lo cual decidió cerrar lo ojos e intentar hacer lo mismo.

El día de mañana tendría varios exámenes, el tan solo habia tocado los libros por miserables 2 horas. Simplemente no le interesaba el hecho de sacarse perfectas calificaciones en los escritos, era bueno, pero no quería resaltar tanto. Prefería jugar a sus videojuegos, fumar...O tan solo pasar tiempo con su amigo de ojos azules.

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Su mente estaba totalmente a oscuras...Pudo notar algo familiar, dos manos... ¿Sus manos? Con cada segundo que pasaba su cuerpo empezó a aparecer lentamente, dejándolo en medio de una extensa oscuridad. Tan solo encontraba el en medio de la nada.

No escuchaba su respiración, ni el latir de su corazón...No sentía nada, tan solo sabia que se encontraba allí, arrodilladlo en un lugar que no tenía ni fin ni comienzo, un manto oscuro sin vida... ¿Estaba soñando? Lo más claro era que si, pero...Parecía real.

La sensibilidad volvió a su cuerpo, sintió frio...Pero en ese lugar ni una brisa pasaba...El ambiente era helado, las penumbras hacían llegar a cada poro de su cuerpo ese escalofrió tenebroso...
Un ruido empezó a escucharse entre tanto silencio, entre tanto vacio. Sonaba como...¿Gotas de agua?

Clap Clap...
El ruido continuo...Era como una cadena sin fin...
Clap Clap...
Nunca se detenía...
Clap Clap...
Ese sonido ya empezaba a inundar su mente, hasta comenzaba a ser molesto ¿Pero como detenerlo? No sabia de donde provenía...Aunque caminara y caminara, tan solo se conseguía ver lo mismo...Más oscuridad.
Clap Clap...
Dejó escapar un bufido que demostraba su furia Maldito ruido. De repente pudo sentir que el ruido finalizo...Suspiro, por fin habia terminado de hacer sonido las molestas gotas, que tanto ya lo estaban alterando...Pero a continuación empezó a escuchar algo nuevo...Una voz...

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-¡Mello!-pronuncio.-¡MELLO!- grito más elevadamente mientras agitaba de los hombros al rubio para que se despertase.

-¡Detente Matt!-Respondió el recién despertado, dándole un amigable empujón para que se alejara de él.- Ya...- Se puso de pie y se dirigió a un amplio mueble, para así, buscar las vestimentas que se pondría ese día.

-Tan solo te desperté, porque me pareció raro que te despertaras a estas horas del día. Faltando tan solo 10 minutos para que comiencen las clases.-agitando su camisa a rayas para quitarle el polvo que habia acumulado cuando cayo al suelo, gracias a la delicadeza de su compañero de cuarto.

-¿Qué?- Pregunto histérico observando el reloj, el joven adicto a la nicotina tenia razón.- ¡Pero porque no me despertaste antes!-su calma llego a ser nula en ese momento.

-Lo intente, pero no lo hacías, aunque tocara una banda de rock a un lado tuyo, no lo harías. No puedo creer que al fin haya conseguido despertarte.- terminó buscando algo debajo de un mueble y saca su consola portátil. Si, ya habia conseguido baterías para utilizarla.

Mello tan solo se dedico a vestirse rápidamente y luego dar vueltas en círculos con una de sus blancas manos en su frente. ¿Tanto habia dormido?...En sí... ¿Tanto tiempo habia estado soñando con lo mismo? Pareciera como si tan solo segundos hubieran pasado, desde que su cuerpo apareció entre esas extrañas penumbras, hasta que lo desperto el niño de googles.

Ya no habia tiempo para pensar en esas cosas, habia sido un extraño sueño, pero nada más que ello. Ahora debía concentrarse en los exámenes que tendría en el día de la fecha. Tendría que utilizar todos sus conocimientos y potencial, si pretendía...

- Superar por una vez a... Near.-Pronunciar ese nombre le causaba un agrio sabor a su boca, tendría que hacerlo...Tendría que ganarle. Para algo se habia mantenido tantas noches en vela, para algo intentaba superarse el mismo más y más...-Ya vera que puedo ser mejor que él.-Pensó, aún manteniendo la histeria de esa no tan agradable mañana.

-Mello, será mejor que nos apuremos. No creo que quieras llegar tarde a los exámenes...-Antes que finalizara, él ya nombrado, se encontraba caminando por el corredor rumbo al salón de clases, el oji verdes tan solo le siguió el paso, sin sacar la vista de su consola.

Al llegar al salón ya todos los huérfanos se encontraban ubicados, pero la profesora que les tomaría el primer examen del día, aún no habia llegado.

Los chicos entraron en la sala y se dirigieron a sentarse. En el camino unos ojos azules llenos de remordimiento y desprecio, asecharon a un albino, que tan solo se dedicada a ver unas piezas de un pluzzle esparcidas en su pupitre.

Ambos caminaron lentamente hasta que ocuparon sus respectivos lugares. En ese mismo momento una mujer mayor, de cabellera castaña y ojos grises, se coloco en frente de la clase. Todos la observaron y luego de unas palabras, pasó a un lado de cada uno entregándoles unas hojas.

-Muy bien niños, tendrán lo que quedan de estas dos horas para completar el examen. Ya pueden comenzar y suerte. –A continuación tomo asiento y a los segundos ya se podía sentir el rosar de los bolígrafos que utilizaban los menores para completar el extenso examen.

Las horas pasaron y los exámenes de ese día ya habia finalizado completamente.

-¡Ah!-suspiro agotado agitando sus cabellos rojizos rápidamente con sus dedos.- Tantos exámenes en un mismo día si que cansa a la mente.-pronunció detrás del sonido que producía el juego al que se estaba dedicando en ese momento.

-Vamos, tu no has hecho mucho que digamos.-dijó mirándolo seriamente, el muchacho tan solo contesto con una sonrisa y continuo jugando.- Espero que pronto corrijan los exámenes...-Ya se encontraba impaciente, ya quería saber sus calificaciones...

-Sera mejor que tomes un poco de aire, tanto ambiente educativo ya te esta abrumando la mente, Mello. Vamos por unos minutos al pasillo.- el rubio tan solo asintió y se dirigieron al exterior del salón. Precisaba movilizarse, los nervios no le permitían hacer otra cosa.

-Si continuas así, terminaras haciendo un hueco en el suelo...-el que lo acompañaba parecía no escucharlo, estaba más pendiente en sus pensamientos que en las palabras que salían de su persona.- De acuerdo...-dijó y continuo con su deber de lograr pasar los diferentes niveles.

Una mujer de estatura media, con un cabello rubio, que al pasar los años se fue asemejando a un color blanco nieve, vestida por un amplio vestido turquesa que deja lucir la antigua época en la que fue creado, se asomó lentamente por una de las puertas del pasillo.

-Mello, Matt. Acérquense por un minuto.-ambos se miraron por unos instantes y se dirigieron hasta allí.- Ya tengo los resultados de sus exámenes, pasen y ya se los entregare.-los tres ingresaron a la habitación y la mayor se acerco a un escritorio.

Pasó un par de hojas, hasta llegar a las de los niños y se las entregó a cada uno. Eran los exámenes que en esa ocasión. Ya con lo que esperaron entre sus manos, se retiraron rumbo al pasillo.

-Como esperaba.-pronunció normalmente un pelirrojo al notar que sus calificaciones no habían cambiado.

-¡Maldita sea!-exclamó furioso el oji azules al verificar los puntajes que habia obtenido.- ¡Nuevamente lo mismo! ¡Otra vez segundo!-empezó a pronunciar maldiciones entre sus gruñidos histéricos, que dejaban apreciar notablemente en el estado que se encontraba.

-Tranquilo Mello...No te hace bien que te pongas así...Son simple...-

-¡No! ¡No soy simples exámenes para mi Matt! ¡Más que nadie lo tendrías que saber bien!-estrella su puño contra la pared que se cruzaba en su camino.

El muchacho de googles suspiro en su interior al observar esa escena que cada día se repetía...La escena que jamás parecía tomar otro rumbo...No le agradaba ver a su amigo de esa forma y menos aún por la culpa de un niño, que el simple hecho de escuchar su nombre le fastidiaba, que ni siquiera se inmutaba al estado del rubio.

Tan solo se encontraba allí, a lo lejos, sentado en el suelo, completando su pluzzle blanco, sin demostrar ningún rasgo de interés de lo que ocurrió a su alrededor... Él era causante de los penares de Mihael, de las noches largas sin sueño, concentrándose únicamente en superarlo de alguna manera.

Hoy nuevamente tendría que conseguir calmar al molesto joven que no hacia más que maldecir la existencia del albino a cada segundo, molestarse más y más por las calificaciones que habia obtenido...Que no habían sido suficiente...Nuevamente.

-Mello cálmate por un momento, tanta ira no te hará bien.- puso una barra de chocolate a unos centímetros de su rostro. La tomó rápidamente sin nombrar palabra alguna y empezó a mordisquearla con rabia. En estos momentos era lo único que podía hacer, por lo menos el chocolate lograría tranquilizarlo un poco, no lo suficiente, pero por lo menos era algo.

-Me iré al cuarto.-giró su cabeza unos centímetros antes de que Matt diera un paso.- Me iré.-El niño de ojos esmeraldas comprendió el mensaje entre esas palabras y se quedo en su lugar, observando como Mello se alejaba por el pasillo. Tal vez, lo mejor seria dejarlo solo y que piense por si mismo todo lo que habia ocurrido.

Notas entrelazadas...Que se unían para conformar una hermosa y suave melodía. Melodías que construían una brillante sinfonía
.
Con cada paso que daba se escuchaba más cercana...Nunca se detenía. Sus oídos podían reconocerlas claramente...Antes las habia escuchado...Era el mismo ritmo, pausado y relajad
o.
La calma es un momento que solo en algunas ocasiones se puede observar...

Una voz tenue se empezó a oírse entre la tranquila tonada...

Hay que esperar por ese momento...En donde las metas se alcanzaran...

-¿Quien es?-se preguntó a si mismo...Miró a su alrededor, no sabia muy bien adonde habia llegado. Vivió muchos años en el orfanato, pero nunca habia recorrido esta parte del lugar.

Calma...Piensa antes de actuar...Sino la pared que has construido se demolerá...

Esa letra no era justamente lo que necesitaba oír en ese momento...

Sigue firme en tus pasos, nunca mires hacia atrás...Que si sigues hacia delante...Tal vez algún día lo lograras...

-Lograrlo...-sus pasos ya eran cada vez más lento.

Aprende de tus errores...Pero no vivas del pasado...El futuro es algo incierto, que se construyen con el camino que has marcado...Piensa en el hoy, las piezas del presente son las que construirán tu futuro...

-Piensa en calma y tal vez un día lo conseguirás...-al mismo tiempo de pronunciar esas palabras, las teclas quedaron inmóviles...Y dejaron de transmitir melodía alguna.

Termino su marcha, dirigió su mirada al interior de la habitación en donde hace unos segundos se escuchaba el canto y las tonadas del piano... Consiguió ver a una persona de espaldas, que tan solo observaba sus manos inmóviles, en posición de espera para tocar una nueva sinfonía.

-¿Quién eres?-interrogó firmemente el rubio ya ubicado en el interior de la sala.

No respondió. Tan solo se molesto es mover la larga cabellera de su hombro.

-¿Acaso no pretendes responderme?-su tono se agravo más.

-Tu voz deja transmitir la ira que sientes...Al parecer algo te ha ocurrido hace unos minutos...-Se quedo inmóvil escuchando.- La ira entremezclada con miles de sentimientos, conformando una simple manto de odio que cada día acrece más... Y siempre ocurre por la misma razón...¿O me equivoco?-

-Deja de meterte en mi vida y responde.- Pronunció con firmeza frunciendo su seño.

-Parece que no me equivoco...-Movió sus piernas lentamente y dio la espalda al instrumento.

Mello consiguió ver la figura de una niña, que aparentaba tener la misma edad que él. Vestía una blusa oscura de largas mangas, con tenues detalles bordados, que conseguían ocultar completamente sus brazos, unos simples pantalones grises, que no conseguían tapar los delgados tobillos, y un par de zapatos gastados. Observo su tez clara....Un largo, ondulado y negro cabello resaltaba con el contraste de su rostro pálido. Sus ojos eran de un color castaño...Depresivos, oscuros, desolados...Tan solo te trasmitía vacio... Una confusa combinación...Si no estuviera en esos instantes hablando, la consideraría muerta o un simple espíritu, que se dedicada a vagar por el desdichado mundo...

-Al parecer conoces la letra de la canción que estaba interpretando...-pronunció con un tono de voz calmo...Como si el simple hecho de estar allí no le interesara...

-¿Eh?-Recordaba haber escuchado esa canción alguna vez...El sonido...Hasta habia conseguido completarla involuntariamente...-Ahora que lo pienso...Puede ser que la conozca...-respondió.

-Pero aún no sabes cuando o donde la has escuchado... ¿No?-sus inexpresivos ojos se enfocaron en el rostro del muchacho...Desde allí podía saber que simplemente estaba en lo correcto, al parecer, no recordaba nada.

-No, no lo recuerdo...-De repente un sonido interrumpió el ambiente de la conversación y dirigió su mirada al pasillo.-

-Parece que una persona esta buscando a alguien...-creando en sus manos un pequeño bollo compuesto por un azulado envoltorio.

-Ya creo saber a quien estan buscando...-pronuncio aún observando el corredor.

-Será mejor que vayas entonces.-Mello se retiro del salón sin despedirse y se dirigió al sitio en donde precisaban su presencia. La muchacha desenvolvió lentamente un dulce y lo introdujo en el interior de su boca.- Al parecer no me recuerdas...-

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