Lo que siento
Capítulo 5: Parque
Al despertar a la mañana siguiente me sentía mejor…Demasiado rápido, tal vez el hecho de dormir quince horas seguidas me hizo bien. Pero ya era medio día, por lo cual no podre ir al instituto, tendré que quedarme en casa de nuevo. Además de que el día siguiente ya va a ser fin de semana, por lo cual hasta el lunes no volvería a clases.
-Sera otro día en esta cama entonces. -sonreí mientras saboreaba una tostada, que no había terminado luego de quince minutos de haber finalizado con el té.
Estaba completamente feliz, se notaba con simplemente mirarme, tenía una sonrisa de oreja a oreja. El hecho de ver a Sebastian ayer me llenaba de una gran felicidad…Y a la vez no podía evitar sonrojarme recordando los momentos en que de en verdad, habíamos estado muy cerca uno del otro. Aquellos ojos preocupados no me los podría olvidar en siglos.
-Ojala fuera todos los días así.-suspire.
Me sentía como una quinceañera enamorada. Exceptuando lo de quinceañera…Era verdad, estaba enamorado y perdidamente…Aunque no podía sacar de la mente la sensación que sentía platicando con black star. No puedo dejar de sentirme como un ridículo por el simple hecho que solo nos hablamos por internet, pero a la vez, no puedo controlar lo que siento.
-Igualmente estoy en lo mismo, todo es imposible, incluyendo lo de Sebastian.-ahora me estoy preguntando si estará coqueteando con alguna chica en el instituto…detrás de mis espaldas.
¿Eh? ¡Qué pienso! Yo no soy nadie importante para saber sus asuntos personales, solo su mejor amigo, además que a veces no me contaba muchas cosas. Como la semana en que salió con dos chicas a la vez…Qué aunque para tener catorce años en esos tiempos, había ocurrido. Pero luego de esa vez, nunca lo volvió a hacer…Por lo que yo haya llegado a saber.
-Sebastian no es un mujeriego.-me repetí miles de veces para sacarme esos pensamientos de mi cabeza.- Creo que estoy celoso.- reprochándome, jamás había sentido celoso cuando estaba saliendo con alguna chica, pero hace poco, me empezó a saltar la chispita de los celos y cada vez crecía. Debía controlarme, no quería ser tan obvio ante tal sentimiento.- Me es inevitable, soy muy sincero. Pero igual, intentare controlarme.- intentándome creer confiado.
Un particular ruido me despejo de mis pensamientos y deje de hablar solo para concentrarme de que se trata…Era el timbre de la entrada principal.
-Me pregunto quien podrá venir a estas horas.-me asome al pasillo y no se sentía ningún ruido, al parecer mi madre se había ido sin que me diera cuenta, seguramente de compras como siempre.
Me costaba mucho tomar el valor para ir hacia la puerta. Es que a pesar de ser muy alegre y directo…El hecho de ir a atender siempre me causaba mucha pena. No estoy acostumbrado a estar en calma y ver quien sea la persona que llama, nunca fue conmigo, siempre me rehusó a hacerlo, pero ahora estoy solo, debo de enfrentarlo.
Acerque lentamente mi mano a la perrilla, esperando que el o la que haya estado al otro lado no se haya ido, ya que hace más de dos minutos habían dejado de tocar el timbre. Junte fuerzas y abrí…
-¿Por qué tardabas tanto?-
-Ah…-levante la vista y sonreí al ver de quien se trataba.- ¡Sebastian!-el malestar se había ido y lo abrase, pero rápidamente que de poco lo nota.
-Si, soy yo, no un clon.-dice con una amplia sonrisa en el rostro.- ¿Acaso esperabas a alguien? Aunque con esa ropa lo dudo.- mirándome.
-¡Ah cierto!-me sonroje al ver que aún estaba con la ropa que uso para dormir, que vergüenza.-Menos mal que eras tú…-cada vez más apenado.
-¡Nah! No te preocupes, además te vi miles de veces así. Es peor la remera rosa que tienes. -riéndose.
-No te rías en mi cama, tiene mucho significado esa remera para mí.-agitando mi cabeza.- ¿Qué haces aquí?-recién había caído al pensar la hora que era.- ¿No estabas en clases?-
-Me escape.-abrí los ojos completamente.- ¡No me mires así! ¡Claro que es broma!-ya me lo esperaba, él alumno ejemplar no es capaz de hacer algo parecido seguramente…-Es que hoy salimos más temprano ya que faltaron varios profesores.-…lo que pensé.
-¿Y no tuviste la mejor idea de contármelo?-
-Claro que no, vengo a verte y al parecer te encuentras mejor, se te nota en la cara, que bueno que sea así.-
-¿Acaso el gran Sebastian estaba preocupado por su amiguillo?-con carita de corderito a punto de matar.
-Dejara de tonterías.-evitando mi mirada, aún con él funcionaba para intimidarlo, siempre funciona.-Y deja de poner esa cara de una vez.-me golpea en la frente…Pero lo violento no se le va con nada.
-Ya, no me maltrates.-doy un paso para atrás y se vuelve a tranquilizar.- ¿Has venido para algo más?-
-¿Quieres ir al parque?-
-¿Vas a ir con el uniforme?-
-Si, no tuve tiempo para ir a mi casa y cambiarme, habría tardado más.-entonces vino directo para aquí…Como lo adoro.-Entonces ¿Si o no?-
-¡Si voy!-colgándome de su cuello.
-Hey mi espalda ¿Vas a ir así?-
-¡Wa! Debo cambiarme, espérame.- fui corriendo a mi habitación para cambiarme rápidamente, pero me di cuenta que entro, ya que sentí el ruido del refrigerador al ser abierto.- ¡Claro! ¡Si quieres algo para comer no me avises!-yendo para allí ya listo.
-Es que tengo hambre.-le veo sentado comiendo un plato lleno de pasta, que aunque estuviera fría no le dio problema comerla.- ¿Lo ha hecho tu madre?-
-Esto…-tocando mis dedos.-Lo hice yo ¿Acaso sabe mal?-
-No, no sabe mal. Tienes talento para cocinar, entonces era verdad que tu cocinabas cada vez que venia a cenar aquí.-
-¿Acaso desconfiabas de mi palabra?-
-No te alteres, siempre opacas el cumplido con lo demás que digo.-
-Tu eres el que lo hace, bastaría con decir el cum…-me di cuenta que no me miraba más ¿Se había avergonzado luego de haber hablado? No, es imposible con alguien como él.
-No me mires tan fijamente y así de callado que me molesta.-
-¡Lo siento!-
-La próxima vez que venga me cocinaras ¿Si?-más amable.
-¡Cualquier cosa que pidas!-me brillaban los ojos, podía sentirlo.
-Sushi.-se crea un tic en mi ojo derecho.-Jaja.-era una broma, lo note luego de la risa.- Con pasta alcanzara, además soy capaz de comerme hasta pasto.-ambos nos reímos.-¿Por qué te pusiste el uniforme?-
-Para que combinemos.-
-Qué extraño eres a veces, si tú quieres ir así esta bien.-
Salimos de mi casa y nos pusimos a camino al parque, que por suerte no queda tan lejos de mi casa. Mientras caminábamos no dejábamos de hablar de cualquier cosa que se nos pasaba por la cabeza, a veces hacia algún chiste que le caía mal, pero ya era común en él, además que así me divierte más.
Llegamos al parque, demasiado extenso, es el más grande de toda la ciudad, muchos arboles de cualquier tipo, arbustos, flores por doquier, una que otra fuente, estatuas y sin olvidarse de los pájaros que me encanta observar cada vez que voy para allí. Son tan bellos…Me encanta escucharlos cantar.
-No me digan que no es hermoso…-me di cuenta que no esta.-¿Sebas?-
-¿Qué pasa?-volviendo con dos helados y él se dedicaba a comer el suyo, de sabor chocolate.-Toma uno, de fresa, como te gusta.-me lo da.
-La próxima avísame cuando te vas.-
-Es que te veías tan concentrado en ver ese sauce llorón que no quería interrumpirte.-lo mira también.
-No estoy mirando el árbol, sino a los pájaros de esa rama ¿O no lo vez?-se los señale.
-No me había dado cuenta de eso.-los escucha.- Suenan bien.-dice con un poco de ironía, pero se le notaba en su rostro que también le agradaba oírlos.-A estas horas no hay muchas personas.-observando que estaba parcialmente vacio el parque, además de nosotros solo habían unas cuatro personas, un que otro perrito y nada más.
-Es que otras personas están trabajando o estudiando.-
-Qué no me escape.-reprocha.
-No estaba hablando de ti, solo dije lo que pensaba.- aunque me hace sospechar el hecho de que no hay tantos adolecentes, siempre es común que se llene de ellos y más aún de los de nuestro instituto, es un parque muy famoso para la mayoría de la población de la ciudad.
-Y seguramente no todo.-me sobresalto, me había sacado de mi aura pensativa.- Te conozco como si fueras yo mismo Martín.-terminando el helado y tira la cucharita de plástico a un sesto que estaba a un lado de él.
-Jeje…-intentando de no sentirme nervioso, pero encontré algo que distrajera mi atención ante ese clímax molesto.-La fuente principal del parque…-
Solo se la puede definir con una palabra “Majestuosa”. Se encuentra en el centro del parque y es lo que más lo hace lucir. Todas sus fuentes y estatuas son bellas, pero esta, además por su tamaño, destaca por lo magnifica que es. Sus diseños, su color, las luces, su agua cristalina…Todo la hace destacar y te llena de una calma que es difícil de describir. Me siento en otro mundo observándola.
-Tan limpia el agua, como siempre.-
Es el único comentario que puede emitir, mientras que yo me fijo en cada detalle artístico y espiritual de la misma.
-Si que se nota que somos como agua y aceite.-
-Por lo menos aquí el agua sobra, aunque a veces las apariencias engañan, seguro debe estar contaminada. -mirándola más atentamente.
-Deja de ser tan científico e ecologista y fíjate en la imagen, en lo linda que es.-
-Que entusiasmo te causa una simple fuente.- hundiéndose en una carcajada, no pude evitar unirme por el simple hecho de escucharlo reír.
-A mi me agrada, me tranquiliza ¿A ti no?-
-Si, es verdad, además hay pocas personas…Contigo a mi lado es extraño relajarme, no dejas de hablar de lo espectacular que es la fuente.- ¡Y es el que acaba de reírse sin control!- Pero igual, me agrada.- de nuevo me sonrojo, esto ya parece una enfermedad…Adoro tenerla.
-A mi me parece más bella estando tu aquí Sebastian.-se había quedado callado ¿Le había causado desagrado el comentario? Es extraño que un chico se lo diga a otro…Que tonto soy.
-Si tu lo dices.-lo que hizo fue reírse nuevamente y a mi simplemente más vergüenza me dio, mi corazón latía a mil por hora y me senté en el suelo, para evitar que me doliera tanto si me llegaba a desmayar. Sebastian luego de mi también se sienta.
-Se esta derritiendo, comételo de una vez.-
-¡Ya me había olvidado!-viendo que el helado ahora estaba chiquitito.-¡Wah!-mientras lo comía vi el rostro de Sebastian, se estaba mordiendo los labios para evitar no reírse de nuevo, pero lo consigue.- No me da gracia.-puchero.
-A mi si.-me saca la lengua y se pone de pie.- Ya hemos estado mucho tiempo aquí y ya empieza a haber viento, parece que va a llover, no quiero que te vuelvas a enfermar y por mi culpa.-estira su brazo y me ayudo a levantarme.-Ya, puedes soltarme, no te caeras.-
-¡Lo siento!-lo suelto rápidamente y empezamos a caminar. -Siempre pidiéndome disculpas, no hace falta que lo hagas tan seguido, no haces nada malo.-
-Pero seguro que a Sebastian le molesta que le tome de la mano por tanto tiempo.-
-No te preocupes por esas cosas, a mi me da lo mismo lo que piense la gente, además somos amigos ¿No?-
-Pero en un mundo tan machista y discriminador queda mal…Lo deberías saber, estudioso.-decir eso me hacia sentir completamente mal.
-Tú también deberías hacer lo mismo que yo, has lo que tu quieras, es tu vida, la poca masa cerebral de los demás no importa y menos lo que anden diciendo ¿Ok amigo?-abrazándome por el hombro.
-Esta…Bien.-mi corazón había vuelto a latir aceleradamente, todo esto me hace recordar a una escena salida de una película…Solo faltaría un beso…Pero es muy dudoso que eso ocurra ahora.
-Muy bien.- me suelta y sigue caminando a mi lado.-Si vuelvo a escucharte diciendo esas cosas te golpeare.-
-Ya esta bien ¿Desde cuando el Gran Sebas tiene la mente tan abierta?-
-Desde que me Natalie me hace ver yuri y tú yaoi. -
-¿De enserio?-ya estaba empezando a emocionarme.
-Si y ahora no lo veo tan mal al yaoi. Debo admitir que algo me agrada….-
-¡Qué bueno que sea así!-ya estaba completamente feliz, aunque no significaba que se podría fijar en mi o en algún chico, pero igual, era emocionante que alguien como él digiera algo así.
-Que feliz te ves, para ser el que me contagio con yaoi.-
-¿Te recuerdo lo que dijiste antes sobre la mente abierta?-
-No hace falta, soy consiente de lo que digo.-
Luego mientras volvíamos de camino a mi hogar, no volvimos a tocar el tema, nos habíamos quedado hablando de algunas series y de otros programas de televisión. Que como ayer me estuve todo el día en cama, había tenido mucho tiempo haciendo zapping en mi segunda “caja mágica” favorita y vi cualquier programa para no aburrirme demasiado.
-Salimos a la una de tu casa y ahora ya son las siete de la tarde, que rápido pasa el tiempo.-con sus brazos detrás de la cabeza.
-Cuando uno se divierte pasa el tiempo volando, además me hizo bien salir un poco, precisaba aire fresco.-
-Entonces no me imagino como estas cuando te enfermas por dos semanas seguidas.-
-Pero igual, no esta mal enfermarse si me v...-no pude terminar la frase por que se encontraba con el celular en su oreja y hablando. Tal vez sea su madre…o alguna chica.
-Discúlpame, ahora estoy un poco ocupado. Adiós.-para mi sorpresa corto demasiado rápido.- Tengo que despedirte ¿No? Además ya llegamos.-me había olvidado de eso luego de prestarle atención al hecho de “con quien” hablaba…Aún me lo pregunto.- Cuídate, luego nos hablamos.-chocamos las manos en un típico saludo.
-¿No quieres quedarte un rato más? Es viernes.-le sonreí, esperando a que aceptara, quiero tenerlo un tiempo más a mi lado, que seguramente este fin de semana no lo veré.
-Que más da, por qué no, además dudo que a mis padres le importe que llegue más tarde.-me sostiene nuevamente del hombro y entramos a la par.
-¡Hola chicos!-saluda felizmente mi madre, al verla simplemente la salude y no me detuve, que nos viera así me avergüenza completamente; Sebastian es más atento y la saluda mejor, luego me sigue hasta llegar a mi habitación.
-¿Por qué estas tan nervioso?-estaba en un rinconcito agitándome mientras abrazaba mis piernas.- Más que lastima das risa.-no puede evitar reírse un poco y me obliga a levantarme.
-Es que sabes que a veces de en verdad me da pena.-jugando con mis dedos.
-Como cuando alguien se te acerca mucho.-se acerca y como esperaba, mis mejillas empezaron a tomar un tono carmesí.
-En algunas situaciones tengo más pena que en otras.-el contacto que tuvimos viéndonos fijamente a los ojos duro muy poco, ya que Sebastian se concentro a ir hacia la pc.- Úsala si quieres, yo mientras me cambiare.-levantó la mano un segundo en seña de aprobación y mientras se concentraba, en que sabe que, yo buscaba que ropa ponerme.
-Yaoi…Yaoi…y más Yaoi.- decia a lo alto.
Yo, tranquilamente, podía escuchar los ruidos provenientes del mouse y el teclado de mi ordenador. Luego de unos minutos no dice ninguna palabra, pero no le preste tanta atención, estoy concentrado en atar mis zapatillas. Como ya termine de cambiarme, me acerque para ver que tanto miraba.
-¿Algo interesante?-mire por arriba de su hombro.- ¡Ah!-reconocí que estaba mirando…Había abierto una ventana que mostraba mis conversaciones.- Son conversaciones que tuve con Black Star.-
-¿La persona que me contaste ayer?-asentí.-Ya veo…-
Algo me extraño en ese momento. Comparado con antes, la expresión de su rostro y su mirada, sobre todo su mirada, se veían diferentes...completamente diferentes.
-Tengo que irme Martín. Envíale saludos a tu padre de mi parte. Cuídate, hasta el lunes.-se levanta del asiento.
-Adiós…-apenas llegue a terminar y ya no estaba más conmigo.
El clima en la habitación había cambiado…La sentía completamente fría. ¿Qué esta ocurriendo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario