-¡¿Pero me puedes
decir qué te ocurre?!
-¡Me gustas! ¡Eso
es lo que me ocurre! ¡¿Acaso no lo entiendes?!
Un
repentino sonido retumbo en sus oídos, causando que aquellos parpados que
antiguamente estaban cerrados empezaran a abrirse y así notar lentamente como su
visión borrosa iba tomando forma ¿Qué había sido eso? ¿Por qué su cuello le
dolía? Esa junto a tantas preguntas más se formularon, pero ninguna fue
pronunciada y tan sólo un simple bostezó escapo de entre sus labios, mientras
su diestra comenzaba a pasarse con notable pereza por sus cansados ojos.
Se había
quedado dormido en el sofá de la sala, algo demasiado obvio considerando que
notó en donde estaba sentado y dicha posición no tan cómoda le dejó algunos estragados en sus articulaciones. Miró el televisor que estaba enfrente
y se dio cuenta que el fuerte sonido fue obra de la película que pasaban
por allí, quizás en verdad fue lo suficiente aburrida y sin más terminó cayendo en
manos de Morfeo, pero simplemente eso ya no le importaba.
Inclinó
su cabeza a un lado y se quedo solamente viendo a un punto fijo de la pared,
terminando por llevar la misma parte de su cuerpo hacía atrás y mirar con algo de desagrado el
techo. Las continuas líneas de la película que se estaba reproduciendo
comenzaban a tomar un rumbo demasiado cursi. No era que tuviera desprecio por
las cosas de esa índole ¿Pero cómo arreglar el hecho que en su mente volvían a
presentarse las imágenes de la discusión?
“Me gustas.”
Esa
frase que podía sonar tan simple para algunos, se habían transformado en su martirio desde hace unas semanas y aunque deseara evitarlo, se volvían a presentar las mismas
escenas una y otra vez en su mente. Deseaba tener algún interruptor en la
cabeza que le permitiera borrar todo, pero tenía bien en claro que no se podía
y tenía que superarlo.
¿Desde cuándo
alguien decía sus sentimientos a los gritos y en medio de un ataque de cólera? ¿Cómo
superar la peor confesión que pudo hacer en sus cortos años de vida? Porque eso
había sido, se transformó en la peor forma en la que uno se podría
confesar a alguien y simplemente, ese no era el único problema.
Porque no, el líder de EXO-K no destacaba justamente
por una imagen temeraria y mucho menos alguien impulsivo, su amabilidad se
podía notar con cada uno de sus actos y la responsabilidad que tenía en sus
espaldas al guiar al resto de sus compañeros, algo que tomaba con total seriedad. No
podía permitir que los sueños de todos corrieran riesgo, aunque lo que jamás tuvo en
cuenta es que podría ser causante de algún conflicto en el trayecto.
Igualmente, él había sido el primero en romper sus reglas al darse cuenta de que algo no estaba bien con su persona y todo ese ocurrió desde el primer instante que se percato de lo que le sucedía: Se sentía atraído por Zhang Yixing.
Igualmente, él había sido el primero en romper sus reglas al darse cuenta de que algo no estaba bien con su persona y todo ese ocurrió desde el primer instante que se percato de lo que le sucedía: Se sentía atraído por Zhang Yixing.
La forma
y el momento en que se dio cuenta de ello no venían al caso. Le bastó que con
el paso de los meses sintiera la necesidad de estar cerca del menor; mirarle,
sonreírle o tan sólo disfrutar de las pocas palabras que pudiese dedicarle.
Aunque intentó de demostrarse lo contrarió, ya estaba pasando la línea y notarlo fue un total balde de agua fría impactando contra su rostro.
No,
nunca sería algo fácil admitir algo así y tampoco lo sería alguna vez. La vida
real no se asemejaba con un cuento de hadas, aunque bueno, no se podría
utilizar demasiado ese ejemplo considerando que dicha historia ocurría entre protagonistas
del mismo sexo.
Que
fueran ambos hombre, su compañero de grupo, ese chico que tendría que haber
visto como un amigo o prácticamente un hermano. De esa forma veía a los demás,
pero no, el chino tenía que haber tenido aquello
que hizo que sus parámetros de orden y bienestar se volviera añicos.
Todo se aglomeraba
para terminar en un desastre, ese mismo que lo superó por completo y
que explotó en un instante como si una bomba de tiempo se tratase. Llegó a su límite
y esa noche fue cuando todo el conflicto ocurrió, sin olvidar que el causante de sus
problemas estuvo presente para presenciar el desastre emocional en el cual se encontraba.
Le gritó de tal manera que jamás había visto posible ¿Los motivos? Celos, aunque los mismos tan sólo habían
sido esa chispa que necesitaba para que su estado de humor desapareciera,
además de lo lento que podía ser el contrario cuando se lo proponía.
No podía
culparle, mucho menos considerando la manera en que ocultaba todo lo que le
pasaba ¿No era lo correcto hacerlo? Al instante de notar aquel rostro llenó de
asombro y desconcierto le hizo dar cuenta que quizás se tendría que haber
quedado callado para siempre.
Eso fue
lo único que obtuvo, además de un silencio que logró helado por completo y
que hasta en ese mismo momento podía sentirlo, teniendo la necesidad de huir
como hizo en esa oportunidad. Si, no había esperado ningún tipo de palabra por
parte del otro y mucho menos quiso presenciar un rechazo inminente. De todos
modos, esa situación se la llevó el mismo avión que el contrario tomaría hacía
China la mañana siguiente, lo que no fue suficiente para borrar ese desastroso recuerdo y menos aún la sensación amarga que dejo consigo.
Cuando
las actividades de la otra mitad del grupo habían finalizado tampoco volvieron
a tocar el tema, mucho menos la vez que volvieron al departamento con el resto
y tan sólo un “Hola” fue pronunciado, acompañado por una sonrisa amplia que le
dedicó a cada uno como si nada hubiese pasado días atrás.
Todo
eran apariencias y se hacía notar, quizás no lo suficiente, pero cualquiera que
viera a JoonMyun con atención podría ver esa mascara de actuación que se reflejaba
en cada una de sus fracciones. Siquiera se molestaba en mirarle lo suficiente,
huía a cualquier contacto visual o momento que pudieran estar a solas, actuando
como un animal que huía de su depredador.
Lo que sí,
sus gestos amables y esa sonrisa fraternal no desaparecían, mucho menos cuando
un par de ojos se posaban en él. Lo sentía, se daba cuenta como el más alto le
buscaba u intentaba encontrar alguna señal que le permitiera ver la verdad en
sus acciones ¿Qué podía hacer al respecto? Nada. No deseaba hacer nada porque
bien sabía que podría caer con facilidad y que Yixing con un simple movimiento lograría
romper la barrera que había creado la fuerza. No permitiría que la derrumbase o
siquiera se acercara, aún tenía un papel de líder que cumplir y no dejaría que
sus impulsos continuaran arruinando todo.
-¿Ocurre
algo?-Logró escuchar una voz que le resultó demasiada familiar y volvió a
inclinar su rostro, reconociendo la figura de uno de los vocalistas
principales, haciendo conjunto con esa mirada que no hacía más que reflejar
preocupación.
-No, no
ocurre nada KyungSoo… Simplemente estaba algo cansado y me termine durmiendo
aquí.-Respondió moviendo un poco su cuello, causando que el mismo sonara un
poco y curvó sus labios en una sonrisa, intentando que el otro dejará de
preocuparse en vano.
-¿Si?
Creo que todos estamos demasiado cansados últimamente con el tema del comeback…-Suspiró
cruzando ambos brazos, notando como con quien hablaba asentía.- Pero eso no
significa que no tengas que cuidarte ¿De acuerdo? –Y allí estaba de nuevo,
pronunciando las mismas frases que escucha por milésima vez y causaban que
contuviera un bufido.
-Si no
descanso adecuadamente no podría dar todo de mí…
-…Además
necesitamos de nuestro guardián y que te enfermes no nos ayudaría.- Pronunció
antes que el mayor terminaría de hablar, posando en su rostro una sonrisa
comprensiva y podía jurar que lo hacía apropósito.- Tampoco te olvides de que
siempre estaremos aquí y me puedes decir lo que quieras ¿De acuerdo?
-Lo sé,
lo sé...
-¡Muy
bien! –Expresó volviendo a entusiasmarse, causando que el cuerpo ajeno diera un
leve salto en el sofá y obteniendo una leve risa de fondo.- Oh… Ya me estaba
olvidando ¿Me puedes hacer un favor? –Preguntó mirándole con total curiosidad y
una expresión que denotaba un intento de conseguir que el otro aceptara, algo
que no tardaría demasiado en hacer efecto.
-Claro, no
hay problema. -Suspiró poniéndose de pie y le dio unas suaves palmadas a su vestimenta,
intentando de arreglarla luego de tanto tiempo haber estado allí.- ¿Qué es lo
que necesitas?
-Gracias,
gracias. –Repitió acomodando las mangas de la camiseta que llevaba y continuó
hablando.- Ahora tengo que ir a ayudar con la cena y vigilar que los demás no
hagan estallar la cocina en el proceso… Pero me olvide mi celular en el cuarto
y quiero que me hagas el favor de traérmelo ¿Si? –Dijo comenzando a dar unos
pasos hacia atrás, pero siempre esperando que el otro le diera la confirmación
que esperaba.
- ¿Tan sólo eso? –Se interrogó a sí mismo
luego de escuchar el favor y asintió un par de veces, no tenía el inconveniente
de hacer algo tan simple, por lo cual no tuvo otra opción más que aceptar.
-¡Gracias!
–Respondió casi en un leve grito, ya que por fin se estaba alejando con camino a
la cocina, pero se detuvo para volver a mirarle.- Mmh, JoonMyun…
-¿Si? –Le
miró llegando al pasillo correspondiente y notó como el contrario agitaba su
cabeza.
-No,
nada, ve. –Fue lo único que escuchó antes de perder de vista al menor y esa
sonrisa que consiguió extrañarlo por unos segundos.
-Cómo
digas…-Murmuró en un corto suspiro haciendo caso omiso a las actitudes del otro
y volvió a caminar, dirigiendo sus pasos al dormitorio en donde encontraría el
celular que tenía que darle al otro.
Abrió la
puerta y no, no solamente notó el objeto sobre la cama, sino también la figura
de la única persona que se quedó allí ordenando sus pertenencias. Pudo
notar como un escalofrío recorrió por completo su espina dorsal al
instante en que esos oscuros ojos se posaron en él, mostrando la misma sorpresa
que seguramente también estaría expresando.
Rayos, KyungSoo.
Fue así
como había caído en la aparente trampa y se encontraba entre la espada y la
pared, perdiéndose por completo en la mirada ajena que no hacía más que
expresarle curiosidad y cualquier otra clase de expresión inocente que no tenía
la voluntad suficiente para descubrir ¿Por qué tenía justamente que encontrarse con Yixing?
-¿Qué
ocurre…?
-No,
nada.-Respondió chocando con cada una de sus propias palabras, utilizando una
velocidad en la pronunciación que no hacía más que demostrar la incómoda
situación en la que ambos se encontraban.- Celular… Vine a buscar el celular de
KyungSoo.-Aclaró a pesar de que el menor siquiera le preguntó eso en
concreto, tanteando con su mano izquierda la superficie de uno de los lechos, en
el cual no se encontraba solamente lo que busca sino también el otro, mirándole
fijamente mientras no hacía otra cosa que evitar en cruzar sus miradas.
¿Cuando se olvidó del detalle de los cuartos? Cuando los otros seis
habían llegado de sus actividades tenían que volver a dividirlos, causando que
por alguna causa u otra terminase en esa situación. Tarde o temprano se lo
encontraría, aunque bien sabía que el dichoso dueño del móvil que estaba en su
mano tenía gran parte de la culpa o por lo menos eso quería creer para no echársela
a sí mismo.
-No
hablaba de…
-No, tengo
que llevarle rápidamente esto. Ya te dejare tranquilo. –Llegó a decir interrumpiéndolo
por completo, girando sobre sus propios pies y así llegar a la salida del cuarto,
intentando de repetir lo que había hecho muchas veces, pero una presión en su
brazo izquierdo hizo que se detuviera en seco.
-Detente,
tenemos que hablar.-Pudo jurar que la voz del contrario perdió por
completo su amabilidad, mostrando tan sólo un tono seco y demandante, causando que
tragara con dificultad, sintiendo luego un leve tirón que provocó que volviera a
girar para así tenerlo frente a frente.- ¿Lo ves? No es para nada cómodo cuando
te hablan así, JoonMyun.-Pronunció con un hilo de calma, aunque su mirada
continuaba fulminándolo de tal manera que su interior ya empezaba a derrumbarse,
como si empezara a escarbar en su mente de tal forma que siquiera podía formular
una respuesta coherente, algo que escapaba completamente de sus manos y que pensaba
que podía controlar.
-N-No…No
sé de qué me estás hablando Yixing, será mejor que me retire y termines de
ordenar tus cosas, luego hablaremos.-Dijo intentando de recobrar la compostura
y la posición que debía de tener.
-¿Y
cuando hablaremos sin que me evites por completo?-No supo que decir ante
aquello, lo agarró totalmente desprevenido.- JoonMyun, puedo parecer
todo lo que tú quieras, pero ya sería demasiado no darme cuenta de que me evitas…
Y no haces más que confirmarlo ahora mismo.- Añadió soltando de apoco el agarre
que lo unía al brazo del mayor, aunque el mismo continuó de pie, sin saber qué
hacer y escuchando ese suave suspiro antes de las siguientes palabras.- Al
comienzo intente de creer que eran ideas mías… Pero luego me di cuenta que
quizás, no estaba tan equivocado ¿Acaso no te imaginas como se siente que al
resto los tratabas de la misma forma y a mí como si fuera una simple persona
que ocupaba un espacio más? –Interrogó con una expresión en el rostro que no
expresaba más que... ¿Nostalgia? ¿Tristeza entremezclada con frustración? Sus
labios se movieron pero no pudo pronunciar nada, sintiendo un fuerte nudo en su
estomago, todo a causa de que lo que menos quería era ver esa clase de sentimientos
en el menor ¿Pero qué estuvo haciendo todo ese tiempo? – Desde aquella ocasión
que discutimos, no puedo dejar de pensar en ello… Y quise hablar contigo
siempre, pero no lo conseguía.
-Yo… Lo
siento.- Fue lo primero que pudo responder y llevó una de sus manos a su
cabello, hundiendo sus dígitos en el mismo mientras intentaba de acomodar sus
ideas y recobrar parte de la paz que perdió.
-¿Acaso no
confías lo suficiente en mí?
-No es
tan sencillo Yixing, no es correcto… No tenemos que hablar de ello, olvídalo de
una vez y hagamos que nada sucedió.
-¿Por
qué piensas que te estoy reteniendo ahora mismo si no quiero hablar de lo que
sucedió? –Interrogó con un tono más elevado, pero sin perder la convicción y sinceridad
que intentaba de expresarle.
- Lo
pienso porque sabía que ibas a reaccionar así… ¿No es suficiente?
-¿Y cómo
estoy reaccionando? –Recalcó siendo ahora él el que agitaba su propio cabello,
mordiendo el costado inferior de sus comisuras y contuvo un nuevo suspiro.-
¿Por qué tuviste aquella vez y no me diste la oportunidad de contradecirte? –El
mayor lo miró con total confusión, sin encontrar verdadero sentido a lo que
llegaba a sus oídos.
-Pero tú…
El resto, nosotros, tú no puedes…-Siseó ganándose una sonrisa, esa misma que
conseguía remarcar el hoyuelo en una de las mejillas del contrario, causando que de
nuevo volvieran los nervios a su cuerpo y junto a ellos la necesidad de descifrar
lo anteriormente dicho ¿Lo había comprendido bien?
-¿Qué no
puedo? ¿Acaso estas escuchando tus propias escusas? –Agitó de forma leve su
rostro y dio unos pasos hacía el otro, logrando que el pecho del mismo
comenzara a agitarse aunque no era notorio.- JoonMyun…
-No,
espera. –Sus quejas fueron en vano y más cuando sintió los brazos del otro
rodeando su cintura, sintiendo su cálida respiración chocar contra uno de sus oídos,
perdiéndose por completo en el susurro que quedaría grabado en su mente y sería
difícil de borrar.
-Bien…
¡Oh! ¿No es la hora de cenar? –Exclamó dando unos pasos hacia atrás y lo
liberó, mostrando en su blanquecino semblante una sonrisa de par en par,
expresando el entusiasmo en cada uno de sus simples movimientos.- Vamos,
seguramente KyungSoo espera su celular, luego tendremos el tiempo para
continuar hablando. –Expresó pasando a un lado del mayor, sin antes acariciarle
el estomago con sus escurridizos dedos.
Si no
fuera por el momento de escuchar unos nuevos pasos acercándose, se hubiese quedado
congelado en su sitio, tanteando con incomodidad el celular que aún se
encontraba atrapado entre la palma de su mano. Todo pasó con tanta
velocidad que todavía no podía terminar de asimilarlo.
-JoonMyun.-Se
escuchó en el cuarto, pero tardó en llegar a los oídos de la persona a la cual le
pertenecía aquel nombre- ¡SuHo!
-¿Ah? –Giró
su cuerpo por completo, reaccionando ante el llamado y se encontró con el mismo
muchacho que lo envió a hacer el recado minutos atrás.
-¡Lo encontraste!
¡Bien! –Exclamó a lo alto y el otro no hizo más que seguirlo con la mirada, devolviendo más tarde el celular que le pertenecía.- ¿Te encuentras bien? –Preguntó al notar lo
perdido que se encontraba su líder, aunque en una pequeña voz en su cabeza ya le dio parte de la respuesta.
-Estoy
bien… Muy bien.
-Fantástico.-Pronunció
tan sólo dedicándole una suave sonrisa, no tenía la necesidad de preguntar nada
más.- Ahora ve, sino te quedarás sin comida.-Añadió a la corta charla que se
llevaba a cabo y salió del cuarto, dejando detrás de si a una persona que en lo
que menos pensaba era en ello y se perdía por unos segundos más en sus
pensamientos antes de seguir el mismo camino que había recorrido.
“También me gustas…
No vayas a olvidarlo.”
¿Un
inicio desastroso? ¿Un nudo en la misma situación? ¿Acaso importaba con aquel
desenlace?
No, no podía haber una sensación más dulce que el ser correspondido,
a pesar de cada uno de los errores cometidos.
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