jueves, 9 de abril de 2009

Lazos |Cap 3|

Capitulo 3:

-¡Mello! Al fin apareces, pensé que te paso algo ya que no estabas en el cuarto.-exclamó Matt acercándose al rubio.- ¿Ocurrió algo?-interrogó al notar la intranquilidad del muchacho.

-Nada. Tan solo una loca se metió en mi vida, además que decía cosas raras ¿Acaso no escuchaste nada?-

-Eh no Mello...-respondió extrañado.

-¿Seguro?- preguntó confuso.

-Si muy seguro...¿Te encuentras bien?-

No puede ser... ¿Cómo no pudo oírla música? Tal vez tanto escuchar el sonido de los videojuegos lo habrá dejado sordo...O lo más probable se encontraba lejos para llegar a oírlo.

Esa mirada... ¿Lo estaba tomando como demente o qué?

-Deja de mirarme así, no estoy loco y muévete que quiero irme de aquí lo más antes posible.- el pelirrojo asintió y siguió a su amigo.

Sinceramente no le parecía muy agradable ese lugar...Tenia una atmosfera rara, para nada normal, todo era muy raro...Pero no tanto como esa chica.

-Tal vez es una bruja por eso pudo notar esas cosas.-mirando el techo desde su cómoda cama.

-¿Bruja? Deja de bromear Matt.-

-O tal vez un espíritu, por eso parecía tan pálida y muerta.-haciendo voz escalofriante, que tan solo se gano un almohadazo por parte del tranquilo oji azules.

-Deja de decir disparates, o lo próximo que te golpeara será mi puño.- Mail asintió sin ánimos y volvió su vista a su querida consola portátil.

Que idiota. Pero tal vez podía llegar a tener razón...Bah esas cosas no existen, son pura patrañas. Tal vez tan solo era una niña rara más del montón y nada más. Con tantos niños que hay en ese lugar, es muy probable que haya uno tan extraño.

-Pero esta niña se pasa del nivel extraño...-susurró a lo bajo, pero no sabe para que, ya que el chico a su saludo siquiera lo escucharía, se encontraba en su mundo de videojuegos ahora.

-¿Near ocurre algo?-preguntó Roger acercándose lentamente al menor, que se encontraba viendo detenidamente un pasillo vacio...

-No ocurre nada, tan solo apreciaba el lugar, eso es todo.-dijó tranquilamente y el mayor se alejo.
Verdaderamente el habia escuchado algo...Por eso se habia detenido, pero al parecer no habia sido nada, el corredor no mostraba ninguna persona o ser que lo haya provocado. Tal vez tan solo perdió esos minutos para nada...

-Será mejor que vuelva a la sala...Tengo que terminar de construir el pluzzle.-

Nuevamente...Como hacia todos los días.

Los demás niños se encontraban aprovechando el aire fresco por un momento, pero el...Tan solo se encontraba caminando por el desolado pasillo rumbo a la habitación. Tan solo como siempre...No habia necesidad de ser acompañado por nadie, se sentía bien así.

-La melodía no se detiene...-Llegó a la puerta del lugar...Pero las notas se seguían sintiendo con la misma intensidad, sin importar la distancia que ya habia recorrido.- Esto es extraño...-susurró, pero prefirió entrar a la sala y dedicarse a cosas más interesantes...Como armar su pluzzle.

-Tal vez mañana el sonido se detenga.-Ubicando una pequeña pieza en su lugar correspondiente.
El sol ya habia desaparecido del horizonte, los niños ya se encontraban descansando en sus camas...Pero no todos se encontraban durmiendo.

La música aún no se detiene....

_______________

Su mirada intentaba concentrarse en la pizarra que se encontraba enfrente de él, pero sus ojos empezaban a cerrarse solos, hasta sus parpados ya habían comenzado a temblarle.
-Bueno niños, la clase ha terminado. Hasta mañana.-la mayoría al escuchar estas palabras ya se encaminaban rápidamente hacia el exterior del salón.

-Al parecer anoche no has descansado bien, Mello.-aquella voz...

-¿Near?-pensó en su mente mientras levantaba su cabeza. Y sí, consiguió ver ese fastidioso rostro enfrente de él.- No te interesa.-volviendo a colocarse sobre el pupitre.

¿Ahora por qué se encontraría hablándole? ¿Acaso venia a burlarse de su frustración y falta de sueño?

-Algo no te dejo dormir. ¿O me equivoco?- continuó sin importarle el hecho que si el rubio lo estuviese escuchando o no.

-No te equivocas, vete si eso era lo que querías escuchar.- ya esa maldita cosa habia empezado a fastidiarlo, que vaya a molestar a otro niño con sus preguntas.

-Yo tampoco he podido dormir... ¿Qué ocurre?-viendo como se encontraba el rostro del chico en ese momento.

-Tan solo me impresiona el hecho que durmieras.- aguantándose las ganas de reírse allí mismo.

-Aún sigo siendo un humano...-“No lo pareces para nada” fue el pensamiento que cruzo por la cabeza del ojiazules y Nate no tardo adivinarlo.- Seguramente una música no te dejo dormir...-se puso de pie lentamente con plan de retirarse de allí.

-¿Eh?- ¿Cómo pudo adivinarlo? Acaso...-¿Tu también la has oído?.-sujetando los hombros de menor con gran fuerza.

-Nuevamente no me he equivocado, hasta ya habia pensado que reaccionarias así.-dijó sin prestarle atención a la mirada llena de ira del que lo sujetaba.

-¿Acaso me estas tomando el pelo?-lo zarandea para que respondiera de una vez.

-No...Ya lo dije, yo también la oí. Y al parecer fuimos los únicos que lo hicimos.-Mello contiene su fuerza, por lo cual consigue zafarse de él y dirigirse a la puerta del salón.

Siquiera noto el momento en que el albino abandono el lugar... ¿Pero que era lo que estaba ocurriendo aquí? ¿Cómo podía ser que fueran los únicos que podían haber oído esa canción toda la noche?

-Te lo repito Mello, no escuche nada. Siquiera un alma.- lo ultimo claramente habia sido en broma.

-Tu déjate de esas estupideces de fantasmas, hablo en serió.-“Pero yo no te creo” eso es lo que conseguía ver en el rostro del pelirrojo.-No me interesa que no me creas. Lo que más rabia me da es que Near también la hoyo.-cruza los brazo frustradamente.

-Ah bueno...El chico robot sabelotodo también anda delirando como tu. Para mi que esto ya es problema de la gente inteligente.-Mihael se aguanto la necesidad de romperle el rostro allí mismo, pero no importaba, debía concentrarse en otras cosas...¿Pero en qué?

-¡Ya lo sé!-él adicto a los videojuegos se sobresalto al escuchar el tono de su amigo, pareciere como si hubiese encontrado la pócima de la eternidad o algo así.- ¡Seguramente tiene relación con ella!-

-¿La chica fantasma?-el rostro de Mello rápidamente se puso serió.- Seguro estas pensando “Mejor cállate” ¿No?-el chico sonríe, notificándole que no se equivocaba.-Lo que sí sigue teniendo poco sentido lo de la música y que justo, extrañamente, solo Near y tú...-ya habia notado que el niño de googles habia resaltado lo ultimo.- la hayan escuchado.- En estos momentos el hecho que Matt intentara ser racional le fastidiaba.

-Últimamente aquí nada es común Matt...Aunque esto ya se pasa.- sentándose de golpe sobre su cama.

-¡Definitivo!-se puso de pie tan rápidamente que llamo la atención de un par de ojos azules.- ¡ El orfanato esta embrujado!.- Mihael habia pensado “racional” anteriormente, se equivoco.

-Y aún sigues con lo mismo, deja esas cosas sin sentido de una vez.-con aire irritante.

-Tu lo dijistes Mello, nada es común aquí. Quien dijo que no puede estar embrujado este lugar.-enciende un cigarro.

-Yo lo digo y punto.-respira profundamente, consiguiendo sentir el particular olor de la habitación “una combinación de chocolate y tabaco”.

-Si señor.-y aún seguía haciéndose el chistosito.-Pero tendremos que averiguar lo que ocurre.-llevando una mano a su mentón, en forma de pensador.

-¿Ahora ya te piensas que este es un caso de detectives?-girando los ojos por las acciones del pobre chico.

-¡Por supuesto! Ya esta todo: El edificio antiguo y las escenas espeluznantes. Además hay que contar la extraña música.-produciendo, en su propio espacio, un clímax misterioso.

-Ya deja una vez los cigarros Matt.- burlándose del estado del ojiverdes en ese momento.

-Pero vamos, con esa actitud nunca conseguirás averiguar lo que pasa aquí.- Cierta razón tiene aquel cerebro lleno de humo.

-¿Y se te ocurre que vamos a hacer?-interrogándole sin interés alguno.

-¡Investigar!-con una lupa en sus manos.

-¿Pero de donde has saco eso?-se sentó tan solo para observar de lo que se habia disfrazado el pelirrojo en pocos segundos.- ¿Ya te crees detective o que?-a puras carcajadas.

-Ya pensaba que te reirías.-toma la decisión de sacarse el traje, no quería seguir sintiendo la risa de Mihael.

-Bueno, ya basta, hay que tomarse esto en serió.-al fin habia escuchado algo coherente.-Claro, lo dije yo. Bueno, a ver Matt Bong.-no puede evitar volverse a reír. El nombrado tan solo lo mira de mal manera por la burla.-Ya de acuerdo.-la mirada aún continuaba.-Pero que te relajes de una vez.-su compañero suspira.

-Vamos Mello, si tanto problema te causa esto, olvídalo.-

-¿Pero que dices? ¿No eras tu el emocionado hace un momento?-su amigo tenia razón.

-Si lo sé... ¿Pero por donde comenzamos? ¿Acaso has vuelto a ver a aquella niña?-el rubio negó con su cabeza.

-Desde aquella vez desapareció...Pero deberíamos revisar entre los demás, tal vez la encontremos.-observando una multitud de huérfanos por la ventana del cuarto.

-Claro además no será difícil encontrar a una chica con un aspecto de muerta como ella.-toma ánimos nuevamente y señala a la puerta de la habitación.- ¡Este es un nuevo caso para los detectives Mello y Matt!-salió de allí apresuradamente.

-Me pregunto si verdaderamente en estos años maduro algo...-lo siguió antes de que lo dejara atrás.


-La música al final se detuvo...Pero hace unas horas aún escuchaba como susurros...-sus pequeños y cortos pasos era lo único que se escuchaban en ese vacio pasillo.

Todos los niños se encontraban divirtiéndose en el jardín o en algún otro sitio, mientras que él se preguntaba lo mismo que Matt y Mello.

¿Por qué ocurría? Por alguna razón escuchaba todo...Además de fríos escalofríos que sentía cuando se encontraba solo y siempre lo estaba.

Este tipo de sensaciones ya le venían ocurriendo hace días atrás...Desde el momento que le platico a Roger del “cuarto”. Del cuarto vacio, que habia sido habitado hace poco, nuevamente.
¿Esta no habia sido la primera vez que habia sido ocupada? No, pero no tenía interés en pensar en ello en aquel momento.

-Sentí un ruido...-un sonido provenía de una habitación, como si algo se hubiese caído.
Él sabía muy bien que no se debía involucrar en cosas como esas, que no le atraían el mínimo de atención, pero en aquella situación, no ocurrió lo mismo. Se acerco.

Caminó lentamente hasta que sus pequeñas manos sintieron la dureza de la madera de la entrada. Asomó su cuerpo lentamente.

Consiguió ver una figura de una niña de cabellera oscuro sosteniendo del suelo un libro que se habia caído. Al desinclinarse instantáneamente dirigió su mirada a Near. Él, tan solo se quedo allí, chocando con sus ojos contra la mirada fría de la mayor. La morena sonrió extrañamente y se alejo por el pasillo.

Siquiera habia conseguido moverse... ¿Tanta intimidación le habia causado? Aún no lograba comprender. Giró hacia la dirección que se habia alejado la niña, pero no consigue ver nada, solo un vacio corredor.

Susurró a lo bajo palabras que nadie podría oír y retrocede por el camino que hace minutos habia tomado. Su rostro seguía intacto, pero no podía dejar de sentir aquel aire helado recorriendo su cuerpo.

-¡Primer lugar para buscar pistas! El lugar de la primera aparición.-exclamó infiltrándose cuidadosamente al lugar, mientras que el rubio entraba a el sin cuidado.

Ambos se encontraban en el cuarto del piano, donde Mello habia visto por primera vez a la chica “X”...Aquel nombre habia sido el que le habia colocado Matt con sus ideas de “investigación”.
-A ver, supuestamente la vistes aquí ¿No?-asiente ante la pregunta y el pelirrojo observa detenidamente las teclas.

-No estamos buscando ADN.- alejándolo del instrumento.

-Las teclas estan frías.-Mihael lo observo con poco interés.-Vamos solo fue un comentario.- recibió tan solo un bufido.

-Aquí no conseguiremos nada, no hay nadie aquí, solo nosotros.-

-Entonces revisemos el resto del orfanato ¡Aún queda un amplio espacio que ver!-le sujeta el brazo y lo lleva arrastrando como si de un juego se tratase.

-Vamos Mello, ponle ánimos.-alentando al ojiazules para que intentara poner más entusiasmo a todo ¿Pero cómo podría hacer? Sentía que en el pasillo hacia más frio que lo habitual.

-Eso intento Matt. Pero ya hemos revisado casi todo el edificio y ningún rastro.-ya estaba empezando a frustrarse ¿Acaso se la trago la tierra o qué?...No, nunca admitiría la opción de que tal vez haya sido causa de su imaginación...Pero estaba de prueba la música, que tan solo habían escuchado él y Nate.-Pensarlo me anima más.- irónicamente.-¿Ahora a donde te vas?-viendo como el mayor se acercaba a la salida que daba al jardín.

-A ver el exterior, tal vez encuentre algo sospechoso.-aún continuaba con su papel de “detective”.

-Ya, has lo que quieras. Yo me quedare aquí adentro, cualquier cosa ya sabes donde estoy.- ¿Y en donde más? No se podía salir del terreno que ocupaba el orfanato.

-¡De acuerdo!-toma marcha sin fijarse si su compañero de cuarto habia vuelto al interior ya o no.-Primero a comenzare en este sitio.-observando el lugar donde jugaban con el balón de futbol. No habia nada...Como en los demás lugares que visito.

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Seguía caminando y nada, además que no habia nadie, ya que el resto de los huérfanos se encontraban en el interior. Pero nada le quitaría sus ánimos de investigar los alrededores. Por algún sitio debería aparecer alguna prueba.

-O tal vez Mello estaba delirando y se creyó haber visto algo.-sus pensamientos sobre la posible existencia de algún ser paranormal se empezaba a desmoronar.- Mejor descanso un poco.- sentándose al borde de una fuente antigua del lugar.

Se quedo por unos momentos pensando...Era el único que no sentía nada. Que decepción ¿Acaso tenia que ser más inteligente para que le ocurran cosas así? Bufó a lo bajo y sacó de uno de los bolsillos de su pantalón su pequeña consola portátil.

-Oh.-sintiendo un pequeño ruido de una rama rompiéndose.-Pensaba que estaba solo.- viendo la figura de otro huérfano a su lado.

-¿Desde cuando esta así?-elevó una ceja por un momento, pero por fin, luego entendió a que se refería.

-Ah, la fuente ¿No? Hace un par de años dejo de funcionar.-respondió mientras observaba como la mano del que lo acompañaba tocaba lentamente una estatuilla.

-Ya veo...Que lastima.-llego a decir a lo bajo, pero Mail consiguió oírle.

-Al parecer si...-se encontraba solo.- Como odio que las personas se desaparezcan así de repente.-se puso de pie.- Casi te olvido.-Sostiene su consola y se introduce en el orfanato nuevamente.

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-¿Y ocurrió algo detective Matt?-le dio un fuerte mordisco a su chocolate.

-No, para nada. No encontré pista o rastro alguno.-se desploma sobre una silla.

Ambos ya se encontraban completamente frustrados, hasta el pelirrojo, claro esta por el hecho que no funciono su intento de “orfanato embrujado”.

-¿Pero seguro que no ocurrió nada afuera?-negó con la cabeza, pero luego de unos segundos levando un dedo.

-Estaba en la fuente y encontré a otro huérfano, que me pregunto por que estaba así y le respondí. Me pareció una pregunta un poco tonta, ya que hace mucho tiempo que no sirve.-le da un sorbo de un vaso de agua que habia sobre una mesa.

-Como si no hubiese estado mucho tiempo aquí...-pensando lo alto.

-Podría decirse que sí.-terminando de tomar el líquido.

-¿Y como era?-los ánimos ya le habían vuelto a nacer.

-Era una chica, que por lo que yo creo, no vi antes.-Mello estaba apunto de gritar Eureka ante la confesión del que lo acompañaba.

-¿Tenia cabello negro?-asintió.- ¿Ojos castaños oscuros?-volvió a asentir.- ¿Pálida?-Repitió la misma acción y se quedo mirándole.-Estas en lo correcto detective.-le golpea el hombro con su mano.

-¡Al fin!-exclamó poniéndose de pie.- ¡Por fin pude ver a la chica paranormal!-el rubio lo miró fijamente.- Si lo sé...Siento no haberte creído.-se disculpa ante su amigo.

-Ves, no estoy loco.-da un mordisco triunfal.- ¿Vistes por donde se fue?-le preguntó sin dejar de comer su chocolate.

-No para nada.-el ojiazules frunció el seño.- Pero que quieres que hiciera, desapareció de repente como lo hacen todos cuando les hablo.-pronunció enojado.

-Por alguna razón será.-ese comentario no habia servido para nada, pero al que lo dijo le daba gracia ver el rostro del chico de googles.

-Ya, continua fastidiando al pobre de Matt sin misericordia.- No era momento para ese tipo de escenas.

-Ya deja de decir estupideces de una vez.-le da un puntapié en la rodilla y el ojiverdes no pudo contener un grito.-Así esta mejor, ahora intenta pensar una forma de encontrarla.-

-¿Pero tu no eras el más inteligente aquí?-se gana otro patada.-De acuerdo entendí, veré si se me ocurre algo Su humor mejora día a día.-Pensó mientras se intenta de poner en pie mientras vigilaba que no se le ocurriera golpearlo de nuevo.

-Al parecer tendré que hacerlo a pesar de todo...-mordiendo con más fuerza su chocolate.

-¿A que te refieres Mello?-

-Tendré...Que preguntarle a Near que más le ocurrió respecto a esto.-le irritaba el simple hecho que ahora tendría que depender de lo que ese albino pudo llegar a ver.-¿Ahora de que te ríes?.-pregunto antes de intentar de sujetarle el cuello a Matt.

-Nada, nada, tan solo me da risa la expresión que has puesto, solo eso.-esquivando el brazo de su amigo antes de que lo alcanzara.-Yo tampoco tengo ánimos de acercarme a él...-no pudo evitar recordar todo lo que habia pensado en aquellos días...Pero no era el momento. Agitó la cabeza y continuó.-Pero si queremos saber algo más, tendremos que preguntarle.-

-Si lo sé, espero que sirva para algo esto, sino tendré que hacerlo hablar a la fuerza.-saliendo del cuarto y lo sigue su compañero.


-¿Me puedes decir donde puede estar metido un engendro como ese?-Aquellas dulces palabras fueron pronunciadas por un rubio furioso mientras caminaba por el pasillo.

-Cálmate Mello, ya aparecerá, dudo que este afuera, seguro debe estar en alguna habitación distrayéndose con sus juguetes o algo parecido.-

-Si, seguramente.-gruñe y muerde un nuevo chocolate, esta situación ya lo estaba hartando.-¡Maldita sea donde estas!-Habré una puerta y ve algo en el suelo.- ¡Aquí estabas metido!-el pelirrojo lo sigue antes de que hiciera algo.

Near no se molesto siquiera en mirarlos, estaba más ocupado en ordenar las fichas blancas correctamente en sus lugares. Mihael no sabía si gritarle o golpear para que reaccionara de una vez.

-¡Responde!-los ojos azabaches por fin se dirigen hacia el.-Tenemos que hacerte unas preguntas y si no quieres responder, lo tendrás que hacer igual.-dice dejando en claro que era una orden.
-¿Qué quieren saber?-volviendo a armar el pluzzle.

-¿Has visto algo extraño últimamente?-interrogó Matt para unirse a la conversación.

-Puede ser...-contestó colocando una ficha sobre otra.

¿Acaso eso era una respuesta? Ya habia comenzado a irritarle la forma en la que ya habia comentado a contestarle.

-A ver, acaso no entendiste.-gira por un momento.-La cuestión no es un “puede ser” es un si o un maldito no.-su amigo le sujeta el brazo antes de que pudiera llegar a arrojarle algo al menor.

-Si...-susurró y apenas el resto pudo oírlo.-Vi a una niña de cabello ondulado y color negro hace unas horas.-ambos “detectives” se miraron mutuamente por un momento y luego siguieron viendo a Nate.-¿Entonces es ella no?-tocando el rompe cabezas.


-¿Algo más?-por ninguna razón le respondería algo, él estaba haciendo las preguntas ahora.

-No.-se pone de pie y junta el tablero ya terminado.-Pensaba que tenían una mejor capacidad mental, pero al parecer olvidan fácilmente...-se va de allí dejándolos en silencio.

-¡¿Poca capacidad mental?!-gritó al fin reaccionando de todo eso, el pelirrojo consigue sujetarlo antes de que fuera a golpear a Near, aunque se lo merecía, ahora no era el momento.

-¿Qué quiso decir con eso?.-no comprendía para nada.

-Ni yo lo se Matt, ni yo...Pero algo sabe y no nos lo quiere decir.- mordiéndose un dedo.-Pero ya lo averiguare por mi misma. Sabré quien es aquella chica.-ambos ojos esmeraldas lo observaban, hace mucho tiempo que no lo veía tan decidido como ahora.

-De acuerdo Mello, yo te ayudare a hacerlo, además esto ya me involucra a mi.-lo miró.-Nadie se va mientras le hablo.-dice enojado.

-Como digas señor detective.-pronunció burlonamente y luego se fue riendo por todo el pasillo.

-¡Que malvado Mello!-le gritó mientras lo sigue, pero aún no se habia detenido la risa burlona del rubio.

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-No...No recuerdan, estan tardando en darse cuenta. Seguro tú ya lo sabes... ¿Pero por qué haces esto? ¿Acaso quieres divertirte?...-enroscó un poco de su cabello con su mano y continua mirando por la ventana.
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Un nuevo día habia comenzado, pero nada. Sea lo que hiciesen no conseguían adelantarse en este particular caso, que cada vez parecía complicarse más y más. La música de noche continua y el pelirrojo aún no lograba oírla.

Mihael no quería pensar ni en el hecho de ir a preguntarle nuevamente a Near, simplemente si iría seria para golpearlo por la forma que les habia contestado la otra vez. Debía averiguar que sabía. Maldijo en su mente, ese albino siempre tenía que saber más que ellos. ¿Pero que supuestamente estaban olvidando?

-¿Y has averiguado algo Matt?-viéndolo acercarse.

-Para nada. Tan solo me entere del tema tan interesante de hoy. Todos estan hablando respecto al “supuesto” nuevo huérfano.-le da un sorbo a un vaso con agua que estaba por allí.

-¿Acaso que pasa con él?-preguntó sin interés alguno, pero no tenia nada que hacer hasta que consiguiese más pruebas.

-Bueno, recuerdas la habitación que “supuestamente” esta él.-asiente y se estaba empezando a irritar que el muchacho destacara palabras.-Al parecer no vieron que haya salido de allí alguna vez. Tampoco se ha visto nadie nuevo en las clases.-termina de tragar el liquido.

-Otro raro más en todo este manicomio y justo uno que no sale ni de su cuarto para comer.-masticando su dulce.

-Y al parecer tampoco nadie ha entrado, cuando tocan la puerta tampoco contestan. Me pregunto que podría estar haciendo...-llevando su mano a la barbilla.

-Tal vez siquiera esta ahí, por eso nadie contesta ni nada.-pero pensándolo mejor, antes habia escuchado un ruido proveniente de ese cuarto, por lo cual no podía ser que estuviese vacio.-O tal vez...-sus ojos se abrieron de par en par.

-¿Qué pasa Mello? ¿Esta vencido el chocolate acaso?-se gana el primer golpe del día.-Auch siempre tan afectuoso.- tocándose la cabeza.

-Silencio, acabo de llegar a una conclusión.-el pelirrojo levanta los brazos “¡Por fin” pensó en ese momento y el rubio siquiera se molesto en ver que idiotez estaría haciendo.- Seguramente lo que este allí adentro tiene relación.-

-¿Qué la conocerá acaso?-le da otro golpe.- ¿Ahora que hice?-sin dejar de acariciarse la frente.

-No seas imbécil, el cuarto es de ella. Hay muchas coincidencias en todo esto.-se pone de pie y empieza a caminar de un lado a otro.

-Pero Mello, nadie, pero nadie, vio a alguien salir de allí y nosotros la vimos en diferentes partes del orfanato.-agregó al comentario.

-Si lo se, pero seguro salió en el momento en que ningún persona estaba cerca. Además no creo que se quedaran vigilando una puerta para siempre. Un nuevo huérfano llega, conocimos a esta chica que jamás habíamos visto antes, cosas raras suceden...-gira a mirarlo.-¡Todo encaja sin la menor duda!-Sus ánimos habían vuelto.

-¡Por fin has vuelto a pensar coherentemente, Mello!-

-Mejor cállate y muévete de ese asiento.-el pelirrojo obedece al instante y se pone a un lado de él.- Tenemos que ir a ese cuarto y ver a aquella niña.-ambos se van rumbo al lugar donde se encontraban las habitaciones.

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-Bueno Mello, ya estamos aquí ¿Ahora que?-observando confundido aquella particular puerta.

-Simplemente vemos como entrar y ya seg...-la perilla se gira.

-Al parecer esta abierta...-mira al rubio y el también, asienten ambos a la vez y Mihael por fin abre la puerta para entrar...

El cuarto estaba vacio, no habia ningún ser en su interior.

Caminaron lentamente por la habitación y observaron el estado de las paredes, no habia rincón que no estuviera repleto de dibujos incoherentes. El suelo estaba cubierto por hojas rotas y arrugadas, como si aquella persona no hubiese estado conforme con lo que hubiese trazado en ellas.

-Mello...Este cuarto simplemente es muy raro.-sin dejar de observar todo el alrededor.- ¿Eso no esta escrito en francés?-viendo ralladuras en la mesa que formaban palabras.

-Al parecer si...-desarruga una de las hojas del suelo y consigue ver tan solo dos letras “NO”.

-Creo que oí algo... ¡MELLO!-grito para que el rubio reaccionara y lo observó. Al mismo instante la puerta de la entrada del cuarto se cierra.

-¿Qué?-exclamó el ojiazules y se acercó a ella. Pero más que intentara abrirla no lo consiguió, se encontraba con llave.

-¡No puede ser! ¡Nos hemos quedado encerrados!-golpeó la puerta usando su cuerpo pero nada, era un caso perdido.-¡¿Ahora que haremos Mello!?-le interrogó nervioso.

-¡No lo sé Matt! No lo sé...-se sujetó la cabeza y le dio una patada a la pared. Precisaba calmarse, no debía perder el control.- Deberemos quedarnos aquí un rato...-se acercó hacia una biblioteca.

-¡¿Pero que dices?! ¡Además siquiera sabemos como se pudo cerrar la puerta!-intentando de que le prestara de una vez atención.

-Lo se Matt, pero no lo ves, no podemos salir aunque lo intentemos, al parecer esa puerta es más resistente de lo normal. Además nunca conseguiremos abrirla, ya que con esa cerradura no se pueden usar ningún truco.-mirando los nombres de los libros de allí.

-Maldición...-lo miró para averiguar que estaba haciendo.- ¿Acaso quieres leer justamente en esta situación? –ahora el estaba empezando a fastidiarse.

-Ya cálmate de una vez, que alterándote no lograremos salir de aquí. Además no lo vez, esta es una oportunidad para averiguar más, estamos en su cuarto.-Matt asume que algo de razón tenia y agarra un libro para verlo mejor.-Tal vez podre averiguar un poco sobre de que me estoy olvidando...-

Lazos |Cap 2|

Capitulo 2:

La leve luz que traspasaba el cristal de la ventana le hacia arder levemente sus pupilas. El clima ha vuelto a la calma, aunque el sol no brillaba con una resplandeciente energía, no parecía muy próxima algún tipo de tormenta.

Era Domingo, por lo tanto ese día tampoco tenían que ir a clases. Por lo cual al fin, luego de un sábado aburrido, los niños del orfanato consiguieron salir al exterior para intentar divertirse un poco.

Pero él se encontraba allí, sentado en el suelo gris, tan solo contemplando la blancura de unas piezas de cartón. No estaba acostumbrado a la comunicación con sus pares, por lo tanto nunca compartía algún tipo de actividad o juego con el resto.

Su mundo estaba compuesto por él y la profunda esfera que lo separaba de los demás a su alrededor. Un niño serio, callado, que no reflejaba sentimiento alguno. Si se golpeaba, no se quejaba, si le gritaban, no respondía, si se sacaba una buena calificación, no demostraba felicidad...Todos sus días eran así, carecientes de sensaciones algunas. Tan solo era como un dispositivo inteligente, que conseguía moverse, pero que la mayoría de su tiempo lo pasaba armando su pluzzle una y otra vez, o simplemente con otro tipo de juguete que encontrase.

La comunicación o interacción no aparecía en la lista de vida. Acercó lentamente su mano a su cabeza, sostuvo entre sus dedos una pequeña cantidad de cabello y lo empezó a enroscar lentamente, a la vez que dirigió su mirada al pasillo. Este estaba siendo recorrido por una gran cantidad de huérfanos.

Pudo notar el simple hecho de qué algo o alguien, llamaba la atención de esa revoltosa multitud, levemente su puso de pie y en paso lento se dirigió a la salida de la sala en la que se encontraba. Se podía ver a un grupo de niños y niñas, observando la puerta de un cuarto en particular. Llego a recordar, que era la misma de la que le había platicado con Roger el día anterior. El huésped había llegado y al parecer, todos estaban interesados en saber quien era.

-Niños por favor, despejen el pasillo y diríjanse a desayunar.-exclamó a los demás presentes, mientras que con ayuda de sus brazos los dirigía a la amplia puerta del comedor.-Tu también deberías ir a desayunar algo, Near.- dirigiendo su mirada al albino que se encontraba nuevamente en el suelo
.
-Lo pensare.-pronunció levemente, colocando una pequeña ficha del pluzzle en su respectivo lugar en el tablero.

-¿Quién estará allí? No vi que nadie alla salido de esa habitación...-susurro una niña de cabello castaño a su amiga que la acompañaba, caminando ambas por el pasillo rumbo al comedor del orfanato.

-Parece que tan solo el señor Roger saben quien esta allí... ¿Sera un niño o una niña?...Lo...-las palabras se fueron perdiendo con la distancia que ya habían recorrido ambas jóvenes.

El albino comenzó su marcha, se detuvo. Sus ojos azabaches se encontraban observando la puerta que hace unos momentos estaba rodeada por un pequeño grupo de niños...Y luego siguió su camino, hasta llegar al lugar en donde desayunaría.

Fue el ultimo en llegar, los demás que integraban el orfanato ya se encontraban en diferentes mesas, tomando te y comiendo galletas que acompañaban a la caliente bebida.

El tan solo se acerco a uno de los lugares vacios, el simple hecho de quien estuviera a su lado no le importaba, jamás habia tenido comunicación con ninguno de sus pares. Miro por unos segundos la pequeña taza y dio un pequeño sorbo al líquido que contenía. Sostuvo una galleta, le dio un simple mordisco y la dejo nuevamente en su lugar.

Luego de esos actos se puso de pie y se dirigió a la salida del comedor. En esa ocasión no tenia apetito, por lo cual no habia necesidad de alimentarse más. Su pequeño cuerpo ya se encontraba recorriendo lentamente el pasillo rumbo a una pequeña sala, que no se encontraba tan lejos de allí, tan solo tendría que pasar el lugar en que se ubicaban las diferentes habitaciones.

-¿Habré dejado allí mi pluzzle?-Pensó por unos segundos deteniéndose, antes de llegar a la puerta del primer cuarto.- No estuve en ningún lugar, tan solo allí.-susurró para el exterior levemente y continuo su marcha.

-¡Mello!-Exclamó un pelirrojo desde el otro rincón del pasillo.-¿Qué ocurre?.-

Ya eran las seis de la tarde, las horas habían pasado muy rápido. Se habían encontrado en el jardín jugado desde que finalizo el desayuno y ahora se estaban dirigiendo a su alcoba para descansar un momento de tantos juegos.

El rubio en mitad del camino se habia detenido, dejando que el muchacho de googles se adelantara a él.

-Nada Matt...Tan solo me pareció escuchar algo.-contestó recobrando la marcha y se puso a un lado de su compañero.

-¿Escuchar algo?...-dirigió su mirada hacia atrás.-Ah...Esa habitación. No debe ser nada Mello, seguro que debe ser un niño en su cuarto, eso es todo.- pronunció mientras sacaba un cigarro de una pequeña caja blanca.

-Aún sigues con eso.-dijó severamente a Mail, que tan solo hizo más que prender el elemento, que hace un par de años se habia transformado en un vicio, difícil de superar y que jamás conseguiría hacerlo.

-Vamos Mello, ambos sabemos que aunque me sigas criticando, tan solo seguiré fumando, es algo que no puedo contener.-Girando la perilla de una puerta y entra al cuarto.-Ya se lo que te preocupa.-susurró antes de que el rubio consiguiera sentarse cómodamente al borde de su cama. Movió su cabeza levemente, para escuchar lo que le diría.- ¿Aún sigues pensando en ese examen, no?- recibió un gruñido y el joven se giro para no mirarlo a la cara.- Como esperaba.-se recuesta a lo largo de su lecho.- No sé porque pero siento algo extraño...-susurró dejando su ya, terminado cigarro a un lado.

-Seguro no debe ser nada Matt. Deja de fumar, que ya estas empezando a sentir cualquier cosa.-se siente el crujir que producía la porción de chocolate a ser mordida por su blanca y filosa dentadura.

-¡No dudes de mis sentidos sensoriales!-un almohadón le rosa la cabeza.- Cada día eres más amigable Mello.-el segundo le da en la mitad del rostro.-De acuerdo, ya entendí.-Agarra el la esponjosa almohada y la deja en la cama de Mihael.

-Mejor guarda silencio y duerme. Seguro la falta de sueño te hace mal al cerebro.-gruño ya totalmente recostado en su lecho.

-¿Tan temprano y ya duermes, Mello?-

-Estuvimos más de diez horas corriendo, claro que me encuentro cansado, Matt. Pero no tanto como tu.- observando que las piernas del mayor temblaban de tanto ejercicio.

-Sinceramente si, será mejor descansar. Además de que mañana tenemos cinco exa....-Las palabras se esfumaron al notar que el rubio se encontraba durmiendo ya. Las ultimas noches habia descansado muy poco, siempre estudiando y estudiando...Se merecía dormir por un momento, por lo cual decidió cerrar lo ojos e intentar hacer lo mismo.

El día de mañana tendría varios exámenes, el tan solo habia tocado los libros por miserables 2 horas. Simplemente no le interesaba el hecho de sacarse perfectas calificaciones en los escritos, era bueno, pero no quería resaltar tanto. Prefería jugar a sus videojuegos, fumar...O tan solo pasar tiempo con su amigo de ojos azules.

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Su mente estaba totalmente a oscuras...Pudo notar algo familiar, dos manos... ¿Sus manos? Con cada segundo que pasaba su cuerpo empezó a aparecer lentamente, dejándolo en medio de una extensa oscuridad. Tan solo encontraba el en medio de la nada.

No escuchaba su respiración, ni el latir de su corazón...No sentía nada, tan solo sabia que se encontraba allí, arrodilladlo en un lugar que no tenía ni fin ni comienzo, un manto oscuro sin vida... ¿Estaba soñando? Lo más claro era que si, pero...Parecía real.

La sensibilidad volvió a su cuerpo, sintió frio...Pero en ese lugar ni una brisa pasaba...El ambiente era helado, las penumbras hacían llegar a cada poro de su cuerpo ese escalofrió tenebroso...
Un ruido empezó a escucharse entre tanto silencio, entre tanto vacio. Sonaba como...¿Gotas de agua?

Clap Clap...
El ruido continuo...Era como una cadena sin fin...
Clap Clap...
Nunca se detenía...
Clap Clap...
Ese sonido ya empezaba a inundar su mente, hasta comenzaba a ser molesto ¿Pero como detenerlo? No sabia de donde provenía...Aunque caminara y caminara, tan solo se conseguía ver lo mismo...Más oscuridad.
Clap Clap...
Dejó escapar un bufido que demostraba su furia Maldito ruido. De repente pudo sentir que el ruido finalizo...Suspiro, por fin habia terminado de hacer sonido las molestas gotas, que tanto ya lo estaban alterando...Pero a continuación empezó a escuchar algo nuevo...Una voz...

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-¡Mello!-pronuncio.-¡MELLO!- grito más elevadamente mientras agitaba de los hombros al rubio para que se despertase.

-¡Detente Matt!-Respondió el recién despertado, dándole un amigable empujón para que se alejara de él.- Ya...- Se puso de pie y se dirigió a un amplio mueble, para así, buscar las vestimentas que se pondría ese día.

-Tan solo te desperté, porque me pareció raro que te despertaras a estas horas del día. Faltando tan solo 10 minutos para que comiencen las clases.-agitando su camisa a rayas para quitarle el polvo que habia acumulado cuando cayo al suelo, gracias a la delicadeza de su compañero de cuarto.

-¿Qué?- Pregunto histérico observando el reloj, el joven adicto a la nicotina tenia razón.- ¡Pero porque no me despertaste antes!-su calma llego a ser nula en ese momento.

-Lo intente, pero no lo hacías, aunque tocara una banda de rock a un lado tuyo, no lo harías. No puedo creer que al fin haya conseguido despertarte.- terminó buscando algo debajo de un mueble y saca su consola portátil. Si, ya habia conseguido baterías para utilizarla.

Mello tan solo se dedico a vestirse rápidamente y luego dar vueltas en círculos con una de sus blancas manos en su frente. ¿Tanto habia dormido?...En sí... ¿Tanto tiempo habia estado soñando con lo mismo? Pareciera como si tan solo segundos hubieran pasado, desde que su cuerpo apareció entre esas extrañas penumbras, hasta que lo desperto el niño de googles.

Ya no habia tiempo para pensar en esas cosas, habia sido un extraño sueño, pero nada más que ello. Ahora debía concentrarse en los exámenes que tendría en el día de la fecha. Tendría que utilizar todos sus conocimientos y potencial, si pretendía...

- Superar por una vez a... Near.-Pronunciar ese nombre le causaba un agrio sabor a su boca, tendría que hacerlo...Tendría que ganarle. Para algo se habia mantenido tantas noches en vela, para algo intentaba superarse el mismo más y más...-Ya vera que puedo ser mejor que él.-Pensó, aún manteniendo la histeria de esa no tan agradable mañana.

-Mello, será mejor que nos apuremos. No creo que quieras llegar tarde a los exámenes...-Antes que finalizara, él ya nombrado, se encontraba caminando por el corredor rumbo al salón de clases, el oji verdes tan solo le siguió el paso, sin sacar la vista de su consola.

Al llegar al salón ya todos los huérfanos se encontraban ubicados, pero la profesora que les tomaría el primer examen del día, aún no habia llegado.

Los chicos entraron en la sala y se dirigieron a sentarse. En el camino unos ojos azules llenos de remordimiento y desprecio, asecharon a un albino, que tan solo se dedicada a ver unas piezas de un pluzzle esparcidas en su pupitre.

Ambos caminaron lentamente hasta que ocuparon sus respectivos lugares. En ese mismo momento una mujer mayor, de cabellera castaña y ojos grises, se coloco en frente de la clase. Todos la observaron y luego de unas palabras, pasó a un lado de cada uno entregándoles unas hojas.

-Muy bien niños, tendrán lo que quedan de estas dos horas para completar el examen. Ya pueden comenzar y suerte. –A continuación tomo asiento y a los segundos ya se podía sentir el rosar de los bolígrafos que utilizaban los menores para completar el extenso examen.

Las horas pasaron y los exámenes de ese día ya habia finalizado completamente.

-¡Ah!-suspiro agotado agitando sus cabellos rojizos rápidamente con sus dedos.- Tantos exámenes en un mismo día si que cansa a la mente.-pronunció detrás del sonido que producía el juego al que se estaba dedicando en ese momento.

-Vamos, tu no has hecho mucho que digamos.-dijó mirándolo seriamente, el muchacho tan solo contesto con una sonrisa y continuo jugando.- Espero que pronto corrijan los exámenes...-Ya se encontraba impaciente, ya quería saber sus calificaciones...

-Sera mejor que tomes un poco de aire, tanto ambiente educativo ya te esta abrumando la mente, Mello. Vamos por unos minutos al pasillo.- el rubio tan solo asintió y se dirigieron al exterior del salón. Precisaba movilizarse, los nervios no le permitían hacer otra cosa.

-Si continuas así, terminaras haciendo un hueco en el suelo...-el que lo acompañaba parecía no escucharlo, estaba más pendiente en sus pensamientos que en las palabras que salían de su persona.- De acuerdo...-dijó y continuo con su deber de lograr pasar los diferentes niveles.

Una mujer de estatura media, con un cabello rubio, que al pasar los años se fue asemejando a un color blanco nieve, vestida por un amplio vestido turquesa que deja lucir la antigua época en la que fue creado, se asomó lentamente por una de las puertas del pasillo.

-Mello, Matt. Acérquense por un minuto.-ambos se miraron por unos instantes y se dirigieron hasta allí.- Ya tengo los resultados de sus exámenes, pasen y ya se los entregare.-los tres ingresaron a la habitación y la mayor se acerco a un escritorio.

Pasó un par de hojas, hasta llegar a las de los niños y se las entregó a cada uno. Eran los exámenes que en esa ocasión. Ya con lo que esperaron entre sus manos, se retiraron rumbo al pasillo.

-Como esperaba.-pronunció normalmente un pelirrojo al notar que sus calificaciones no habían cambiado.

-¡Maldita sea!-exclamó furioso el oji azules al verificar los puntajes que habia obtenido.- ¡Nuevamente lo mismo! ¡Otra vez segundo!-empezó a pronunciar maldiciones entre sus gruñidos histéricos, que dejaban apreciar notablemente en el estado que se encontraba.

-Tranquilo Mello...No te hace bien que te pongas así...Son simple...-

-¡No! ¡No soy simples exámenes para mi Matt! ¡Más que nadie lo tendrías que saber bien!-estrella su puño contra la pared que se cruzaba en su camino.

El muchacho de googles suspiro en su interior al observar esa escena que cada día se repetía...La escena que jamás parecía tomar otro rumbo...No le agradaba ver a su amigo de esa forma y menos aún por la culpa de un niño, que el simple hecho de escuchar su nombre le fastidiaba, que ni siquiera se inmutaba al estado del rubio.

Tan solo se encontraba allí, a lo lejos, sentado en el suelo, completando su pluzzle blanco, sin demostrar ningún rasgo de interés de lo que ocurrió a su alrededor... Él era causante de los penares de Mihael, de las noches largas sin sueño, concentrándose únicamente en superarlo de alguna manera.

Hoy nuevamente tendría que conseguir calmar al molesto joven que no hacia más que maldecir la existencia del albino a cada segundo, molestarse más y más por las calificaciones que habia obtenido...Que no habían sido suficiente...Nuevamente.

-Mello cálmate por un momento, tanta ira no te hará bien.- puso una barra de chocolate a unos centímetros de su rostro. La tomó rápidamente sin nombrar palabra alguna y empezó a mordisquearla con rabia. En estos momentos era lo único que podía hacer, por lo menos el chocolate lograría tranquilizarlo un poco, no lo suficiente, pero por lo menos era algo.

-Me iré al cuarto.-giró su cabeza unos centímetros antes de que Matt diera un paso.- Me iré.-El niño de ojos esmeraldas comprendió el mensaje entre esas palabras y se quedo en su lugar, observando como Mello se alejaba por el pasillo. Tal vez, lo mejor seria dejarlo solo y que piense por si mismo todo lo que habia ocurrido.

Notas entrelazadas...Que se unían para conformar una hermosa y suave melodía. Melodías que construían una brillante sinfonía
.
Con cada paso que daba se escuchaba más cercana...Nunca se detenía. Sus oídos podían reconocerlas claramente...Antes las habia escuchado...Era el mismo ritmo, pausado y relajad
o.
La calma es un momento que solo en algunas ocasiones se puede observar...

Una voz tenue se empezó a oírse entre la tranquila tonada...

Hay que esperar por ese momento...En donde las metas se alcanzaran...

-¿Quien es?-se preguntó a si mismo...Miró a su alrededor, no sabia muy bien adonde habia llegado. Vivió muchos años en el orfanato, pero nunca habia recorrido esta parte del lugar.

Calma...Piensa antes de actuar...Sino la pared que has construido se demolerá...

Esa letra no era justamente lo que necesitaba oír en ese momento...

Sigue firme en tus pasos, nunca mires hacia atrás...Que si sigues hacia delante...Tal vez algún día lo lograras...

-Lograrlo...-sus pasos ya eran cada vez más lento.

Aprende de tus errores...Pero no vivas del pasado...El futuro es algo incierto, que se construyen con el camino que has marcado...Piensa en el hoy, las piezas del presente son las que construirán tu futuro...

-Piensa en calma y tal vez un día lo conseguirás...-al mismo tiempo de pronunciar esas palabras, las teclas quedaron inmóviles...Y dejaron de transmitir melodía alguna.

Termino su marcha, dirigió su mirada al interior de la habitación en donde hace unos segundos se escuchaba el canto y las tonadas del piano... Consiguió ver a una persona de espaldas, que tan solo observaba sus manos inmóviles, en posición de espera para tocar una nueva sinfonía.

-¿Quién eres?-interrogó firmemente el rubio ya ubicado en el interior de la sala.

No respondió. Tan solo se molesto es mover la larga cabellera de su hombro.

-¿Acaso no pretendes responderme?-su tono se agravo más.

-Tu voz deja transmitir la ira que sientes...Al parecer algo te ha ocurrido hace unos minutos...-Se quedo inmóvil escuchando.- La ira entremezclada con miles de sentimientos, conformando una simple manto de odio que cada día acrece más... Y siempre ocurre por la misma razón...¿O me equivoco?-

-Deja de meterte en mi vida y responde.- Pronunció con firmeza frunciendo su seño.

-Parece que no me equivoco...-Movió sus piernas lentamente y dio la espalda al instrumento.

Mello consiguió ver la figura de una niña, que aparentaba tener la misma edad que él. Vestía una blusa oscura de largas mangas, con tenues detalles bordados, que conseguían ocultar completamente sus brazos, unos simples pantalones grises, que no conseguían tapar los delgados tobillos, y un par de zapatos gastados. Observo su tez clara....Un largo, ondulado y negro cabello resaltaba con el contraste de su rostro pálido. Sus ojos eran de un color castaño...Depresivos, oscuros, desolados...Tan solo te trasmitía vacio... Una confusa combinación...Si no estuviera en esos instantes hablando, la consideraría muerta o un simple espíritu, que se dedicada a vagar por el desdichado mundo...

-Al parecer conoces la letra de la canción que estaba interpretando...-pronunció con un tono de voz calmo...Como si el simple hecho de estar allí no le interesara...

-¿Eh?-Recordaba haber escuchado esa canción alguna vez...El sonido...Hasta habia conseguido completarla involuntariamente...-Ahora que lo pienso...Puede ser que la conozca...-respondió.

-Pero aún no sabes cuando o donde la has escuchado... ¿No?-sus inexpresivos ojos se enfocaron en el rostro del muchacho...Desde allí podía saber que simplemente estaba en lo correcto, al parecer, no recordaba nada.

-No, no lo recuerdo...-De repente un sonido interrumpió el ambiente de la conversación y dirigió su mirada al pasillo.-

-Parece que una persona esta buscando a alguien...-creando en sus manos un pequeño bollo compuesto por un azulado envoltorio.

-Ya creo saber a quien estan buscando...-pronuncio aún observando el corredor.

-Será mejor que vayas entonces.-Mello se retiro del salón sin despedirse y se dirigió al sitio en donde precisaban su presencia. La muchacha desenvolvió lentamente un dulce y lo introdujo en el interior de su boca.- Al parecer no me recuerdas...-

Lazos |Cap 1|

Algunos dicen que varias personas pueden estar interrelacionadas una con las otras…Pero esos lazos a veces pueden asfixiarte hasta el punto de dejarte con la respiración nula.
La vida puede cambiar por un drástico giro del destino. d
Lo que parecía bueno, ya no lo es. Lo que era malo, ya no sabes que pensar de el. Lo que nunca harías se transformaría en algo posible. Lo que creías conocer, ahora no es tan así. Lo normal se hace confuso. Lo irreal se hace realidad. Lo menos esperado puede llegar a pasar.
Nunca pensé que la vida seria tan dura…Pero me he dado cuenta de lo contrario y me arrepiento de ello.

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Capitulo 1:

El cielo se encontraba totalmente despejado, ninguna nube se asomaba por ningún horizonte. El sol bañaba con su calor cada esquina del lugar, iluminándolo por completo. La fauna envolvía el ambiente con una frescura, que tan solo la naturaleza podría otorgar…

Como les hubiese gustado a todos que el clima estuviese de esa manera, pero lamentablemente no era así.

El horizonte estaba cubierto por un gris manto de nubes grises. La tormenta tenia una fuerza majestuosa, ese tipo de condiciones eran normales en esa región, muy pocos días se podio observar un clima agradable. La lluvia aumentaba con cada minuto que pasaba, las gotas cristalinas chocaban con todo a su paso, bañando todo el suelo de innumerables charcos de agua. El día era muy malo, muchos agravaban la situación anunciando que era el nuevo “diluvio de Noel”.

La mayoría de los niños que habitaban el orfanato “Wammy’s House” deseaban salir al exterior, pero los superiores del lugar le ordenaron no salir por ningún motivo, ya que el clima no era muy favorable.

Era la hora del desayuno, los chicos del orfanato se encontraban en el amplio comedor del edificio. Todos se encontraban en pequeños grupos, divididos uno de otros, como si habitaran en diferentes mundos. Luego de la pequeña comida, todos se dirigieron a los salones de clases.

En esta ocasión los niños eran separados en diferentes grupos según su nivel de conocimiento e inteligencia, por lo cual se podrían encontrar personas de diferentes edades en un mismo salón.

Uno de ellos se encontraba compuesto por los más inteligentes del orfanato. Habían dos niños de la linea sucesora de L que destacaban del resto, ellos eran Mello y Near. Ambos no se llevaban muy bien, como aclaraba el primero nombrado en cualquier situación.

Mello era una persona que se dejaba llevar por sus sentimientos, nunca le importaba lo que ocurriera luego, era muy impulsivo, como a la vez si lo sacaban de quicio podía llegar a ser violento. Una de las cosas que destacaba en el era su particular gusto por el chocolate, que llegaba a ser un exagerado vicio. Siempre viva en plena competencia con Near. Pero sin importar el esfuerzo que impusiera en todo, por algún tipo de razón el ojinegro lo superaba, siempre perdía, siempre segundo…Cuanta ira le causaba esto. Pero igualmente no se rendía algún día conseguiría superarlo.

Mientras tanto Near tan solo se encontraba en su pequeña burbuja separado del entorno. Era el niño más inteligente del lugar. Era muy poco común escucharlo hablar con alguien, parecía un robot, nada le dolía, por ninguna razón sonreía…Tenia el perfil de carecer sentimiento alguno.
Su atención estaba completamente dirigida a sus juguetes, siempre se encontraba sentado en el suelo, concentrado en armar su pluzzle una y otra vez.

Por otro lado se encontraba un joven pelirrojo, que sin importar lo que sucediera siempre se mantenía alado de su hiperactivo amigo de ojos azules. El se encontraba en el tercer lugar en la liña de sucesores del gran detective L, pero, verdaderamente, ocupar su lugar no le llamaba mucho la atención. Era uno de los amigos más cércanos a Mello, siempre estaba con él, lo ayudaba en cada plan que tenia y en cualquier cosa que se le ocurriera a su descontrolada mente.

Matt estaba presente en cada escena de la gran lucha del rubio por superar al de menor edad. Era una rutina cotidiana que ya empezaba a molestarle…Pero simplemente no decía nada, no quería por algún tipo de descuido volver a terminar siendo el blanco de la cadena de ira de su compañero de cuarto. Lo mejor seria callar, mantenerse observando desde un segundo plano y seguir jugando entretenidamente con su consola portátil.

Todos los días de clases eran muy aburridos y más aun cuando te quitaban la posibilidad de jugar videojuegos en ellas. No tenia razón porque concentrarse en los ejercicios de matemáticas, por lo cual se dedico a divisar las gotas de lluvia que caían en el verde suelo del jardín. Varios pensamientos cruzaban en su mente en esos instantes…Como el de recordar las escenas de Mello intentando de superar a Near, que tanto le fastidiaba…

No era simplemente hecho de sentirse agobiado ya que eso ocurría diariamente…Sino la sensación de ira que le causaba darse cuenta que el rubio solo tenia su mente enfocada en su obsesión…y que por esas situaciones ni siquiera él llegaba a ser segundo en la vida de su amigo.
¡Pero, claro! Lo que sentía era simplemente por la amistad que tenían, era muy improbable sentir otra cosa…

-Pero en que estupideces estoy pensando.-Se demando el mismo en su mente, mientras intentaba borrar esos pensamientos absurdos de ella. Como podía ser posible que él se plantaría esas cosas. Por Mello tan solo sentía cariño de amistad, nada más…Pero puede caber la posibilidad de a veces confundirse… ¿No? “¡Pero que cosas absurdas pienso!” Eso era totalmente inaudito…Él no se estaría haciendo homosexual y menos por su mejor amigo ¡Claro que no!

Por suerte la voz de la profesora lo había despertado de su mundo, ya había terminado la hora de clases. Se puso en un segundo de pie y se dirigió al pasillo. Precisaba aire…maldita tormenta que no le permitía salir al exterior. Seguramente todo esto debe ser causado por otra razón…videojuegos… ¡Si, eso! El efecto de haber dormido pocas horas le estaba causando tener esas extrañas ideas. “Si debe ser eso. Matt cálmate todo seguirá con normalidad

El día siguió transcurriendo en Wammy’s House, al igual que las fastidiosas horas de clases que tanto le molestaban a un niño de googles.

Luego de unas horas ya se encontraba en una habitación hablando con un pequeño grupo de niños. Por la mente del pelirrojo no pasaba nada de lo que le había ocurrido horas atrás, ahora estaba en calma, como si nada hubiese pasado por su mente en la aburrida hora de matemáticas.

-¿Qué ocurre Mello?-pregunto intrigado viendo a su fiel amigo acercándose con una rostro no tan amigable.

-Malditos cinco centésimos.- fue lo único que dijo entre maldiciones, mientras se sentaba bruscamente en una silla, a un lado de él.

Matt suspiro a lo bajo agotado, ya sabia a lo que se refería. Agarro la hoja que había colocado el rubio sobre la mesa…Como esperaba, en el ultimo examen de geografía se había sacado un “9,95”.

-Vamos Mello es una calificación muy buena, no tienes porque ponerte así.- le dijó mientras le sostenía el hombro. El ojiazules se movió hacia un lado sacando la mano del pelirrojo de él.

-¡Claro! Tan buena…Pero no basto para superar a Near.-gritó furioso mientras que el examen se hacía un boyo arrugado en su mano. La ira irradiaba de su cuerpo, se podía sentir hasta el rincón más lejano y oculto del orfanato. Nuevamente había quedado segundo.

Matt volvió a suspirar pero ahora con más desprecio, de nuevo el problema había sido el pequeño robot de cabello blanco. Él y siempre él, era causante de las cotidianas rabietas del rubio…Como desearía que terminara eso y que pasara más tiempo con él, despreocupado de lo que pasara con las calificaciones.

-Pero que estoy diciendo...-pronunció a lo alto.- Maldición hable alto…- Se Fija a su alrededor-Parece que nadie escucho nada, por suerte…-Pensó aliviado mientras continuaba con su intento del calmar a su alterado amigo.

Ya en la hora de la cena Mello ya había vuelto lentamente a su normal calma. Aunque de vez en cuando no dejaba de repetir el odio que sentía hacia el albino por haberlo superado…Estaba mejor, por suerte ahora Matt no corría el riesgo de ser el medio de descarga de la ira del niño de 10 años.

El comedor del orfanato ya estaba completamente lleno, mientras que saboreaba poco bocados de su comida sus ojos verdes no se despegaban de la puerta que daba al pasillo. ¿Qué era tan interesante para llamar su atención? Bueno “interesante” no seria la palabra correcta, tan solo tenia curiosidad de saber que estaba ocurriendo.

-¿Qué le pasara a Roger?-le interrogo a Mello que se encontraba sentado enfrente de él.

-No lo sé. Nunca lo vi tan preocupado desde que exploto “accidentalmente“ un horno de la cocina.- le contestó entre risas al recordar lo que había pasado ese vez.

Matt respondió con una leve risa, pero aún no despegaba la vista del encargado del orfanato, que iba y venia, como si estuviera planeando algo importante. Luego de unos minutos decidió dejar de observarlo y seguir comiendo, no tendría que interesarse por cosas ajenas a él…Pero eso tan solo hacia que creciera más su curiosidad.

-Mello ¿Y sí luego vamos a ver que tanto hace Roger? –

-Suena más interesante que la opción de estar el resto del día aburriéndome en el cuarto.-pensó por unos segundos.-Claro que si.-dijó mientras seguía comiendo su barra de chocolate.

Luego de terminar su cena y de verificar que nadie los estaba viendo, se dirigieron sigilosamente al despacho del mayor para ver que ocurría. Parecían un dúo de detectives investigando la escena de un crimen, ni siquiera los ruidos de sus pequeños pasos se oían en el suelo de cerámica.

-No hagas ningún ruido Matt.-le ordenó al ver que Matt sacaba su pequeña consola portátil.

-Esta bien…-exclamó.-Tan solo lo iba apagar.-continuó apretando un pequeño botón color carmesí. Lamentablemente, mientras se apagaba, sonó una corta, pero sonora, musiquita.

-Maldición-Pensaron los dos a coro mientras rogaban que Roger no lo hubiese escuchado…Pero parece que hoy andaban de suerte, no había escuchado nada, estaba más concentrado en ordenar diferentes documentos que se encontraban sobre su escritorio.

-Juro que la próxima te doy un buen golpe, Matt.- amenazó el rubio asomando su cabeza por la puerta para observar mejor.

-Parece que no esta haciendo nada interesante, tan solo ordenar esos papeles.- susurró aburrido mientras repetía la acción del rubio.

-Pero la cuestión esta en de que se tratan esos papeles.- le explicó, intentando de mirar mejor las dichas hojas desde esa distancia.

-Seguro deben ser cosas que hablan sobre nosotros y nada más.-dijó el pelirrojo refiriéndose a ambos y a los demás niños de orfanato.

-Silencio.-le exclamó a Matt, colocando su mano derecha sobre la boca de este, para que no pronunciara silaba alguna.

Ambos se quedaron inmovilizados viendo como sonaba el teléfono que se encontraba a un lado del escritorio del anciano.

-Buenos noches, habla con el orfanato Wammy’s House ¿Qué desea?– dijó formalmente contestando la llamada. El dúo se miró uno al otro y acercaron sus oídos más a la puerta para escuchar mejor la plática.-Si, bien.- siguió platicando mientras dejaba a un lado los archivos.-¿Cuando llegara? Entendido, esperamos su llegada...-la charla continuó con diferentes preguntas y respuestas de la parte del mayor. Los niños que lo espiaban no entendían muy bien lo que ocurría ¿Vendría alguien al orfanato? Y si es así… ¿De quien se trataba?

-Muy bien. Hasta luego.- finalizó Roger colocando el teléfono en su antiguo lugar. Se puso de píe, mientras que cuatro ojos lo seguían en su recorrido. Se acercó a una amplia biblioteca y de allí saco una pequeña carpeta de color purpura. Volvió a su lugar y empezó a hojear su contenido atentamente.

-Bueno será mejor que nos vallamos ya Mello, además de que volvió a hacer algo “tan interesante” como eso, ya es bastante tarde y no querrás que nos pillen fuera de nuestra habitación a esta hora de la noche.-explicó dirigió su mirada a quien lo acompañaba.

-Esta bien.- añadió sin protestas poniéndose de pie y alejándose por el pasillo. El pelirrojo se puso también de pie y le siguió el paso al rubio hacia su cuarto.

-¿Y de quien piensas que se estaría refiriendo Roger, Mello?-le preguntó, continuando la marcha por el corredor, que daba hacia las alcobas de los niños del orfanato.

-Para serte sincero Matt, ni la menor idea. Ya nos enteraremos cuando “esa persona” llegue.-le contestó con pocos ánimos y entraron a su habitación, así por fin, intentar conciliar el sueño.

El cielo aun se encontraba cubierto por una agrupación de grises nubes, pero ninguna cristalina gota de lluvia caía en esas horas de la mañana.

Los niños del orfanato ya se encontraban despiertos y desayunando en el comedor. Era un día de fin de semana, por lo tanto era un tiempo libre sin clases.

A pesar del que clima había mejorado un poco, los cuidadores de los pequeños aún no dejaban que salieran al exterior, ya que la tierra aun se encontraba húmeda y había probabilidades de que volviera a caer una nueva llovizna.

Los jóvenes del orfanato se encontraba aburridos en el interior del edificio, el único entretenimiento que tenían a la mano era los libros, uno que otro juego de mesa o simplemente charlas con sus compañeros.

Un niño de cabellos rubios y ojos de un hermoso color azulado, se encontraba mirando a través de la ventana del viejo comedor. Su aburrimiento llegaba al extremo, ese día era el más aburrido que había vivido, todo a su alrededor parecía muerto…Apenas se escuchaban susurros provenientes de los demás que se encontraban allí.

Miró su mano por unos instantes, en ella se encontraba un arrugado papel metálico, contenía pequeños rastros del anterior chocolate, que tiempo atrás se había encontraba envuelto por esté. Rebusca entre el bolsillo de su oscuro y gastado pantalón, lo que esperaba, además de que se estaba quedando dormido, tan solo tenia una tableta de chocolate. Necesitaba más pronto…Ahora.

Giró su cabeza para recorrer con sus ojos el amplio lugar, que tan solo buscaban a una persona…Matt, pero no estaba allí. ¿Dónde se encontraba el pelirrojo cuando lo precisaba? Se puso de pie rápidamente y empezó a recorrer él amplio pasillo en busca del chico. El camino parecía un completo laberinto, pero a él no le importaba, debía encontrar al niño de googles para que lo ayudara a conseguir más chocolate…Siguió maldiciendo en su mente la necesidad de su anhelado dulce, hasta que su mirada se enfoca en un sitio.

En una habitación se encontraba un joven observando con aire somnoliento a través de la traslucida ventana y a un lado se encontraba una pequeña consola, que ya se había quedado completamente sin batería.

-Al fin te encuentro.- gruño el de cabellos dorados acercándose a él, mientras que en su boca saboreaba un pedazo de su ultima barra de chocolate.

-¿Qué ocurre Mello?- dijó desanimado corriendo su mirada del gris cielo.

-Quiero más chocolates.-exclamó.

El pelirrojo ya conocía ese tono de voz que implicaba más una orden que un suplica o un “favor”.

-Esta bien Mello.-se encorvó para juntar la consola que había dejado en el suelo y siguió.- Pero la cuestión en como los conseguiremos.-

-Ya he pensado en eso.- contestó dirigiéndose nuevamente a la entrada del cuarto.

-Pero… ¿No era que supuestamente Roger tiene los dulces escondidos del alcance de nosotros?- preguntó, él sabia que era muy improbable la posibilidad de conseguir acercarse a ellos sin ser atrapados en el intento.

-También pensé en eso, Matt.- mirándolo fijamente con sus ojos penetrantes.-En estos instantes Roger se encuentra arreglando unos asuntos, por lo tanto no se encuentra en su despacho.-tomo una pausa.- Vamos, que esperas allí parado.-le dijo al ojiverdes, que tan solo se sobresalto y comenzó su marcha para alcanzar al rubio, que ya se encontraba caminando por el pasillo.

En esos instantes el corredor se encontraba deshabitado, una gran oportunidad para que al fin él consiguiera lo que quería. La simple necesidad de alimentarse lo motivaba para caminar más rápido…con cada paso que daba se sentía más cerca de su gran deseo.

El chocolate era uno de los únicos medios que lo mantenía “un poco “tranquilo en esas situaciones, además de que era el vicio más profundo que tenía en su vida. Asomo su rostro por uno de los pasillos que se unía al que estaban recorriendo…Pero nada, por suerte nadie se encontraba allí. Con un aire de satisfacción se adentro en el despacho sin importarle nada y empezó a buscar entre los amplios muebles.

-Mello…-susurro su compañero mientras le jalaba pausadamente de su chaqueta.

-Pero que pasa Matt ahora, te dije que te quedaras…-el pelirrojo le señalo un rincón.

Esto no podía ser posible, en la habitación también se encontraba un pequeño niño sentado en el frio suelo. Lo que le faltaba, había entrado en el lugar tan apresuradamente que no había notado su presencia. Parecía que todo iba a la perfección, hasta que tenía que aparecer Near.

-No tiene importancia.- pronuncio con ira dedicándole una mirada de odio al albino. Que ni siquiera se inmuto, estaba más atento en su tablero de pluzzle.

-¿Pero si dice algo?-le preguntó a Mello sin despegar la vista de la entrada del lugar.

-Bah, no interesa.- respondió ya con lo que estaba buscando entre sus manos.- Ya vámonos.-le ordenó al pelirrojo, que hizo más que cumplir y se colocó a un lado de él.- Y mientras tu…-fijó su mirada en el menor.- Si llegas a decir algo no te veo futuro alguno.- amenazó, mientras que, junto a Matt, ya se encontraba recorriendo el pasillo rumbo a su habitación.

-Mello... ¿Estás seguro de que no dirá nada?- le interrogó con tono incomodo al mismo tiempo que caminaba.

-No creo que lo haga, ya no te preocupes.- contestó despreocupado recostándose sobre su lecho, acto seguido desenvolvió uno de los dulces y empezó a saborear tranquilamente su delicioso chocolate.

El joven a su lado tan solo suspiro y se coloco sobre un asiento de madera.”Si que le gusta comer chocolate” Pensó, mientras despegaba su mirada de su amigo para dirigirla a su consola portátil…En este aburrimiento lo que más precisaba era de ella…

Llevado por el cansancio del momento, dirigió su mirada de nuevo al rubio…Se encontraba con sus parpados cerrados relajadamente. Tranquilidad se reflejaba en su rostro, una expresión que pocas veces se podía conseguir de Mello, que tan solo se podía apreciar mientras este dormía.

-Buenas noches Roger.-exclamó el pequeño albino mientras veía como entraba al despacho el mayor.

-Buenas noches Near. -respondió mientras dejaba su sombrero sobre su escritorio.-¿Hace mucho tiempo estas aquí?- el menor asintió con su cabeza levemente, mientras colocaba una pieza del pluzzle en su respectivo lugar.

El hombre se dirigió hacia el estante que se encontraban los dulces, los miró, con tan solo mirar la caja te podrías dar cuenta que faltaban chocolates en su interior y luego suspiro. Se acerco
caminando lentamente hacia su escritorio y se coloco en el asiento que se ubicaba detrás.

-Roger.-dijo en un nivel adecuado de voz para que el que lo acompañara lo escuchara.-¿ Va a venir un niño al orfanato, no?-le interrogo sin perder de vistas su juego de mesa.

- Estas en lo correcto Near.- respondía dirigiendo su mirada hacia el albino.-¿Cómo lo has sabido?- preguntó mientras acomodaba unos portafolios.

-Era sencillo sacar esa conclusión. Además de que te he visto bastante ocupado. En los últimos días, a la hora del que los demás niños del orfanato desayunaba, pude ver mucho movimiento en una habitación, las personas entraban y salían de ella…Por lo cual te deja a la vista la posibilidad que algún nuevo niño ocupara ese cuarto.- respondió mirando por unos segundos al anciano, mientras enroscaba un mechón de cabello alrededor de uno de sus dedos y continuó armando su pluzzle.

-Buena conclusión Near, lo del niño es algo correcto y por lo que tuve tan ocupado en si fue por otro asunto ajeno a este...- dijo mientras dejaba los papeles en un rincón del escritorio.-Creo que ya es la hora que vallas a cenar, en esta ocasión intenta por lo menos comer algo.- el pequeño de ojos azabaches asintió con la cabeza, salió al exterior de la oficina y empezó a caminar por los amplios pasillos rumbo al comedor del orfanato.

Una mujer de cabellera castaña, que no sobrepasaba la edad de 30 años y ojos del mismo color que el oscuro roble, caminaba por el corredor rumbo al despacho de Roger, ve al niño que pasaba por allí, se hace a un lado para dejarlo pasar y sigue su camino.

-Buenas noches señor Roger.-exclamó mientras entraba en la habitación y se coloca en un asiento enfrente del nombrado.

-Buenas noches señorita Tamao ¿Ya esta todo listo?-preguntó mientras le daba un sorbo a una taza de té.

-Si, ya se han colocado los objetos necesarios para habitar correctamente una habitación. Luego de ello, sí el huésped quiere colocar algún nuevo instrumento, esta libre de hacerlo.-contestó.

-Este bien, muy buen trabajo. Ahora puede continuar con sus tareas diarias.- la muchacha asintió y se retiró.


Alabado sea el momento en el que el día parecía no poder ser más aburrido que ahora…Tan solo se encontraba sentado, mirado al rubio como observaba sin interés alguno por la ventana, mientras meditaba todo lo que había ocurrido.

Maldecía el instante en que la vida le había hecho esto, cuando más lo necesitaba su consola portátil no tenia batería…Que además de que por un suceso ocurrido hacia varios días atrás, Roger le había dejado nula la posibilidad de encontrar algunas nuevas.

Suspiro agobiado, ya no tenia medio alguno para no pensar, nada lo entretenía…todo era nulo en ese momento. En su mente tan solo cavia el oji -azules que lo acompañaba en esa habitación. Recordar que hace semanas atrás para el todo lo que ocurría con respecto a su vida cotidiana ya se estaba transformando en algo “normal”, aunque el muy bien sabia que esa palabra no encajaban mucho…Para él lo era , y ahora de repente los mismos sucesos le hacen plantear cosas inentendibles.

Su mente estaba completamente bloqueada, no llegaba entender nada lo que ocurría a su alrededor ¿Qué le estaba pasando? ¿Tan grave era lo que acontecía en su vida que no podía estar tranquilo? Maldito ese día que se puso a pensar todo con más claridad que la habitual.
No dejaba de enredarse más en sus pensamientos hasta que…

-¡Hey! ¡Reacciona de una vez!-dijo una voz atemorizante, mientras que la cabeza de Matt recibía un fuerte manotazo despertándolo de su mundo.

-¿Eh?...-contestó confundido volviendo lentamente a la realidad.-¿Qué ocurre Mello?-siguió a duras penas acariciando el sitio en donde había recibido el golpe.

-¿Cómo que ocurre? Tu eras el que estabas aquí sentado, con una cara que parecías en coma o algo así…-gruño acercándose a la salida siendo seguido aún por los ojos verdes del pelirrojo- Me iré a la biblioteca a estudiar, tu deberías hacer lo mismo y intenta no volver a separarte de la realidad.- exclamó secamente alejándose ya por el corredor.

Matt aún se encontraba intentando de ordenar las palabras en su mente, el golpe recibido por parte del oji-azul le había servido para volver a la su cruel realidad. Por lo menos ahora se encontraba solo…Pero lo peor que le había recordado la feliz noticia de que el próximo día tenían un examen de historia…Que aunque a pesar de lo que él sabia, seguía siendo bastante complicado. Bufo cansado, a la vez con desprecio, dirigiéndose hacia unos libros que se encontraban sobre su cama. Se recostó en su lecho mientras acomodaba alado de él un “pequeño” libro color verdoso, queda destacar que el mismo era un texto que contenía más de mil hojas y que su peso te sorprendía el simple hecho que ,aunque lo aparentaba, no llegaba a ser de más de una tonelada.

Sus dedos comenzaban a pasar innumerables cantidad de páginas, mientras que sus ojos empezaban a recorrerlas lentamente, al mismo tiempo de que su aburrido, y aún confundido, cerebro intentaba memorizarse las consecutivas palabras, que tan solo lograban enredar más su cabeza.

No llego a pasar más de diez minutos, cuando Matt ya había llegado al límite de paciencia y dejo a un lado todo lo que tendría referencia con los estudios. Siguió nombrando palabras inentendibles a lo bajo, hasta que sintió una precio en su estomago…

-Maldición. Ya ha pasado la hora de la cena y yo no he probado bocado en todo el día.-reprocho viendo la hora que marcaba el reloj de su habitación. Se arrodillo en el suelo y empezó a buscar debajo de su cama…Nada, ni vistas de cualquier alimento posible en la habitación. Se coloco rápidamente de pie y con paso de carrera se dirigió hacia el comedor del lugar. Como pensaba no había nada en ese lugar…

-Buenas noches.-exclamó una mujer a sus espaldas causándole dar un salto en el aire y girarse bruscamente a verla.-¿A caso te has olvidado de venir a cenar?-el pelirrojo asintió , esperando algún sarcasmo proveniente de la mayor…Pero no, a los segundos se encontraba con un pequeño plato de comida entre sus manos y caminando por el pasillo hacia su cuarto.

Esto lo esperaba, por fin una cosa buena en todos estos días...Esperen el arroz estaba frio, bueno algo es mejor que nada, pensó mientras terminaba el alimento. Deja la vasija en el escritorio y se dirigió a su cama a ver si esta vez podría descansar.

Ya habían pasado tres horas desde que se acostó entre las cálidas sabanas…Pero nada, no podía pegar un ojo, además de los pensamientos que lo acosaban en cada segundo, no podía dejar de pensar en como estará Mello…Ya que desde más de 6 horas se encontraba en la biblioteca y ya eran las cuatro de la madrugada…Otro día más que se desvelaría, simplemente para estudiar más, para ver que si al final consigue superar a Near.

No quería ser pesimista y no significaba que no creía en las posibilidades de su amigo…Era que tantas veces ya lo había visto, que ya era predecible como terminaría todo. Ya se imaginaba la escena de un rubio furioso gritando desaforadamente de que nuevamente había quedando segundo…

Luego de una hora empezó a sentir que sus parpados pesaban más y más…hasta que al final se dejo llevar por relajante mundo de los sueños.

Death Note: New Beggining -Cap 2-


Capitulo 2: Beginning

Una gran satisfacción recorrió su ser al ver ese objeto. Su gran deseo se había cumplido. No sabia la razón, ni el porque de ello, tan solo le importaba tener ese oscuro cuaderno.

Por fin lo que más había esperado había ocurrido. Tendría la oportunidad de, al fin, poner en marcha el plan que había creado en todo este tiempo. El destino le puso esa Death Note entre sus manos y no desaprovecharía la oportunidad.

El muy bien sabia que Kira no sé había tomada un descanso.Era muy certera la posibilidad de que él ya se encontraba muerto. Había perdidoen el juego de la vida. Pero él no lo haría, tenia las formas necesarias para no hacerlo.

La fría sonrisa no se borraba de su rostro, volvió al interior de su departamento para observar más detenidamente el cuaderno. Se sentó sobre una silla de roble, posó el objeto sobre una mesa y no despegó su mirada de el.

Kira no había conseguido un planeta perfecto, sin crímenes ni diferencias…Un lugar que la paz reinaría y así, ser nombrado Dios del nuevo mundo. Yagami Light no lo había conseguido, pero él si lo haría. Construiría su propio mundo, lo esculpiría a su manera y seria nombrado Dios. Él conseguiría lo que jamás nadie consiguió y eliminaría cualquier obstáculo que se impusiera en su camino.

Esperó por unos minutos, como sí esperara algo o a alguien.El lugar estaba completamente en silencio, ni su pausada respiración se escuchaba en ese momento.

El silencio fue abatido por un fuerte ruido. Giró su cabeza y con sus grises ojos empezó a buscar la causa de ese extraño sonido. De repente, una escalofriante criatura apareció volando en el cielo y se adentró en el departamento.

Era un ser compuesto por huesos oscuros, alas de un fuerte color rojo sangre y sus ojos eran blancos como la luna llena de esa noche. En sí, toda su forma era completamente aterradora, pero el muchacho no sé inmuto
ante esto.


-Te estaba esperando.-exclamó serenamente.- Entonces lo de la existencia de los shinigamis es cierto.-dijó mientras posaba su brazo sobre la mesa que se encontraba a su lado.

-Así es.- respondió con un tono de vos grave y cortada el extraño ser.- Y tu tienes algo que me pertenece.- dijó señalando el cuaderno con una de sus largas garras.

-Si, lo se claramente, y la utilizare para algunas cosas,
shinigami.- dirigió nuevamente su mirada hacia el dios de la muerte.

-Me llamo Riah.-pronunció firmemente viendo como el joven se ponía de pie.

-Bueno, Riah.-exclamó ubicándose ante la criatura.- Se muy bien que tú tendrás que quedarte aquí, ya que ahora esta Death note me pertenece, esperando hasta que por alguna razón deje de ser de mi propiedad. Pero hasta entonces…-toma una pausa para dirigirse hacia el balcón y levanta los brazos ante la imagen de la gran ciudad.-…observaras como formare mi propio mundo.-al terminar con su relato, pudo notar como una sonrisa de malicia se dibujaba en el rostro del shigami que se encontraba en la sala junto a él.


Luego de unos minutos de observar la amplia ciudad, volvió a su anterior ubicación, abrió el cuaderno y empezó a leer lo que decía en su interior. En el estaban inscriptas las diferentes instrucción que eran necesarias para utilizar la Death Note correctamente.

Llevó su mano hacia su barbilla, ya había memorizado cada información que estaba escrita en las hojas, aunque a algunas normas ya las conocía.Con esta información, lo único que le bastaba hacer es poner su plan en marcha.

Se puso de pie nuevamente y se dirigió a su habitación. No era tan amplia con comparación a los demás cuartos del departamento. Se podía ver una cama, revestida por sábanas lisas de un color verdoso, una pequeña biblioteca con una gran cantidad de libros, un armario, que en el interior se encontraba sus vestimentas, un pequeño escritorio y banco de madera.

Buscó a un lado del escritorio y saca una maleta negra. La posa sobre la mesa y saca de su exterior una laptop. Se da media vuelta y se dirigió nuevamente a la sala, en donde aún se encontraba el dios de la muerte.


-Pero antes de todo…-le dijo a lo bajo a la criatura que se encontraba a su lado.- Habrá que probarlo.-exclamó mientras empezaba a buscar información en internet y le dio un sorbo a su taza de
café.

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Comisión Nacional De Seguridad Pública. Japón.


Los diferentes miembros de la policía japonesa se encontraban resolviendo diferentes casos
ocurridos en el país. Asesinatos, robos...Lo de todos los días.

Un grupo de hombres se encontraba trabajando sobre un asesinato que hubo hace poco tiempo en la ciudad de Kyoto, que se trataba de un civil que por un ataque de ira termino finalizando la vida de su familia entera y luego se suicido.


Los agentes siguieron con sus deberes, hasta que en canal de noticias dijeron algo, que les llamo mucho la atención: “Noticas internacionales. Paris, Francia. Un asesino apareció muerto mientras que la policía allanaba la guarida en la que se encontraba.Científicos dicen que la causa de la muerte pudo ser un Infarto.


Los que se encontraban en al sala se miraron unos a los otros, sin poder creer lo que
habían escuchado.


-¡Han escuchado eso!-exclamó mientras señalaba el televisor.

-Calma Matsuda y si, todos hemos escuchado lo mismo.-respondió uno de los hombres que se encontraba sentado detrás de un escritorio, que llevaba un pequeño cartel que decía “sub jefe”.- Es tan solo una muerte causada por un infarto.- dijó mirándolo.

-Aizawa tiene razón, Matsuda, cálmate. No por eso tiene que estas involucrado con la Death Note.- añadió Megu y el moreno suspiro a lo bajo luego de escuchar esas palabras, tenían razón, se lo estaba tomando muy enserio.


Aunque lo negaran, por la cabeza de todos los presentes en esa sala, había pasado lo mismo. Pero muy bien sabían que no podía ser posible, era muy pronto para plantearse esa idea. Uno de los policías se dirigió hacia el televisor, y lo apago, para poder seguir trabajando en paz.

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Unos oscuros ojos se encontraban divisando los diferentes pantallas que se encontraban a su alrededor, mientras que con su blanca mano colocaba dos cartas de tarot en la sima de una torre que había construido con las mismas.


Los demás que se encontraban a su alrededor lo miraban
fijamente, como esperando que digiera algo sobre lo que acaban de transmitir
por el canal de noticias.


-Se lo que estan pensando.- comento el joven albino rompiendo el silencio del lugar.- Pero esto no es ningún tipo de prueba. Una muerte por infarto como esa puede ocurrir en cualquier momento.- manifestó mientras sostenía nuevamente un par de naipes y los dejó sobre el suelo.

-Pero Near…-musitó una agente de cabellera rubia que se encontraba junto a los demás.

-Hall, lo único que debemos hacer ahora es esperar y ver lo que sucede. No tiene que ser justamente algo referido con la Death note.- exclamó el joven, mientras que los demás a su alrededor guardaban nuevamente silencio.Dirigió su mirada por unos minutos a una pantalla y continuó armando lasamplias torres de naipes.

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El departamento estaba envuelto por la extensa oscuridad,tan solo una liguera luz, que era provocado por una vieja lámpara,se podía divisar en la esquina de una habitación.

El joven castaño se encontraba observando el estrellado cielo de esa noche. Unos brillantes y blancos dientes formaban una sonrisa en su rostro, que expresaba una oscura y fría maldad,oculta detrás de su disfraz de simple estudiante de universidad.


-Vas a ver Riah, desde hoy todo va a cambiar.- anunció mientras que unos pálidos ojos lo vigilaban desde las sombras.

Death Note: New Beggining -Cap 1-

Capitulo 1: Life

Tres años ya han pasado de ese día…La muerte de Yagami Light, el criminal conocido como Kira. Nueve años desde la muerte del detective L. Cuatro meses han pasado desde el fin de las muertes de los ancianos, por parte de una persona propietaria de una nueva Death Note.

La vida de todos seguía lo más normal posible, pero igualmente los recuerdos de Kira perduraban en las mentes de las personas. Los crímenes volvieron a aparecer, por lo que la policía japonesa y las demás del mundo, volvieron a sus deberes diarios. Parecía que todo había acabado, solo era un oscuro y pasado recuerdo, nada mas que ello.


15 de mayo. Japón.

¿Todo esto ha acabado? Cuatro palabras que sigo sin entender... ¿El juego ha terminado? ¿La última pieza del pluzzle ha sido colocada en su lugar? ¿Todo volverá a ser como antes?


Un joven de blancos cabellos se encontraba sentado en el frio suelo, sin despegar su mirada de las pantallas que se encontraban enfrente de él. En cada una de ellas transmitían diferentes noticias de crímenes, robos, asaltos, pero nada sobrenatural que llamara su atención. Ya había terminado su último caso ese mismo día, se trataba sobre una organización que traficaba armas, no fue muy difícil de resolver, los criminales ya se encontraban tras las rejas.

Suspiró en silencio, mientras continuaba armando un gran mural formado por pequeños dados. Prosiguió con esto, hasta que fue encerrado por una barrera. Sus colegas los miraban confundidos, no entendía lo que le ocurría. A pesar que todo parecía normal, ellos sabían que algo pasaba por la cabeza del albino, tal vez sería que ningún caso importante se presentó en esos últimos tiempos.

-¿Ocurre algo Near?-dijo un hombre serio de cabello oscuro mientras se acercaba al nuevo L.

-No, no ocurre nada. Solo estaba pensando en los casos que nos han tocado resolver…Eso es todo.-contesta sin levantar su mirada de los dados que aún se encontraban revueltos en el suelo. Los demás que se encontraron en la sala no hicieron más que callar y continuar con sus deberes.

Lo que no sabían, era que por la mente de Near solo pasaba antiguos recuerdos de su infancia, que por una extraña razón luego de años habían vuelto a aparecer…

[[[---Flash Back On---]]]

Era un día gris, el sol no se asomaba por ningún rincón del cielo. Un gran lugar se ve a lo lejos, era un orfanato, no como cualquier otro. Uno llamado “The Wammy’s House”, que su función era encontrar un niño capaz de ocupar el lugar del gran detective L.

La mayor parte de los huérfanos se encontraban jugando en el exterior a pesar del clima, mientras que algunos pocos se encontraban aún en el interior del edificio.

Uno de esos niños se encontraba sólo en una habitación, con un pluzzle ante él. Únicamente tenia cabeza para el tablero y las fichas, estaba acostumbrado a no tener compañía, aunque algunos de los pequeños insistían que saliera a jugar al exterior, el mantenía su posición.
Un grupo de chicos empezó a correr por el pasillo que pasaba por la habitación en que el menor se encontraba, pasaban jugando felices, mientras se perdían entre la multitud.

Una pieza del pluzzle se encontraba en la puerta del cuarto muy lejos del joven que estaba en el, que sin saberlo siguió en su intento de volverlo a armar. Near pensaba que en ese momento era el único huérfano que se encontraba en el interior del lugar, que el resto se encontraban en el jardín jugando, pero eso no era del todo correcto.

Unos lijeros pasos empezaron a llegar del pasillo, eran cortos y continuos. Cada vez se sintieron más cerca. Hasta que la figura de una persona empezó a aparecer caminando lentamente en el vacio corredor.

Nate seguía armando el pluzzle, sin prestarle ninguna atención a su alrededor. Ya apunto de terminar, dirigió su mano al suelo mientras empezaba buscar la última ficha que no aparecía. Sin sacar su mirada del piso llega a sentir que algo le rosa su mano. Mira a un lado, allí se encontraba la pieza que faltaba. La sostuvo y la puso en su sitio. Dirigió su mirada hacia la puerta, pero no consigue ver a nadie.


[[[--Flash Back Off--]]]

El muchacho fijo su mirada al mural de dados que tenia enfrente de él. Mientras que en un descuido empieza a demolerse lentamente en cadena uno detrás del otro, terminando así todos los dados esparcidos por el suelo.

Eso… ¿Qué había sido? Él no recordaba haber pasado algo así en el orfanato. Sin más remedio, planteo la opción de no prestarle atención a lo que había pasado por sus pensamientos. El joven volvió a ponerlos nuevamente en orden y continúo con su tarea.

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La fuerte tormenta que años atrás se había producido por fin había cesado. Los criminales igualmente seguían atentos, tal vez Kira tan solo se estaba tomando un descanso, no había que bajar la guardia. Pero algunos ya sabían que no era muy probable, se ausento 3 años ¿Cómo podría aparecer nuevamente? Por esas mismas razones los crímenes se volvieron a producir, subiendo al mismo nivel, o peor, que antes de la aparición de Kira.
Pero igualmente, aunque la tormenta se despeje, siempre puede llegar una pequeña nube, pero sin importar lo inofensiva que parezca, al juntarse con otras puede provocar una de mayor magnitud y que produzca peores estragos.

Ese día el sol irradiaba una magnifica y radiante luz que llegaba a cada rincón del país del sol naciente. A esas horas de la tarde era muy común ver a una gran muchedumbre yendo y viniendo por las amplias calles de la ciudad. La mayoría tenía una vida activa que no les permitía descansar ningún instante.

Pero entre las personas, una destacaba del resto, un muchacho saliendo de la Universidad en la que diariamente concurría.

Era joven, no sobrepasaba los 21 años de edad, tenia la tez blanca que no llegaba a ser completamente pálida, su cabello era un castaño muy oscuro que a la distancia se asemejaba a un color azabache, sus ojos grises eran fríos, inexpresivos, que le daba un aire calculador y misterioso. Era uno de los muchachos más inteligentes de la Universidad, pero aunque no lo admitiese, sabía que era el mejor y no había la menor duda.

Adentra sus manos al interior de los bolsillos de su gris saco, ese día para él fue muy agobiante. La vida cotidiana era lo que más lo cansaba, siempre todos los días la misma rutina que parecía escrita en piedra eternamente. Pero debería acostumbrarse, así estaría hasta que lograra graduarse y tener un trabajo digno para cubrir sus distintas metas.

El vivía hace un par de años en un departamento de tres ambientes no muy lejos de allí. El había nacido en Inglaterra, vivió un tiempo en Japón por lo cual aprender el idioma de ese lugar no le fue tan difícil, al pasar los años junto con sus padres volvió nuevamente a su pueblo natal, pero cuando cumplió la mayoría de edad decidió por él mismo volver a Japón para continuar sus estudios allí.

El castaño no extrañaba nada del país que había nacido, ya se había acostumbrado a estar solo, el país oriental ya se había convertido en su hogar, no tenia porque preocuparse.

Luego de continuar la marcha por unos minutos, se detuvo enfrente de un amplio edificio. Rebuscó entre sus pertenencias sacando un monedero, que contenía tres llaves. Agarró la más pequeña de estas, la acercó a la cerradura, la giró y a los pocos segundos ya se encontraba en el ascensor del edificio.

En total eran dieciocho pisos, el vivía en el último. De repente el ascensor se detuvo marcando en un cartel el número “18” formado por brillantes luces rojas, la puerta del ascensor se abrió permitiéndole al muchacho salir de el. Camino por un largo pasillo, hasta llegar a la última puerta que daba por finalizado el recorrido. De nuevo sostuvo el llavero y con una de las dos restantes llaves, consiguió entrar al interior de su departamento.

Ya en su hogar se sentía más tranquilo, aflojo el nudo de su corbata y mientras colgaba su saco en el respaldo de un asiento, se dirigió a la cocina a beber algo. Buscó entre los estantes del lugar. A comparación a las demás habitaciones esta no era muy extensa, pero era suficiente para una persona. Saco una pequeña tasa y empezó a prepararse un delicioso café. Era el mejor remedio para mantenerse en calma y relajarse por unos instantes de la larga rutina.

El sol ya había caído y en el cielo oscuro ya empezaban a aparecer las primeras estrellas. Esa noche la luna llena resaltaba del todo el entorno. Ni siquiera las resplandecientes luces de la ciudad opacaban la belleza del satélite natural.

Todo ese tiempo había estaba viendo la televisión, nada entretenido, a cada minuto que veía algo se aburría y en un instante cambiaba de canal.
¿Cuanto tiempo estuvo así? Una o tres horas…Ya no lo acordaba a la perfección. Bostezó aburrido y se acercó al balcón de su departamento, desde allí tenia una vista amplia de la ciudad. Ese entorno humano, lleno de personas, grandes edificios, tecnología… Con cada cosa que veías te podrías dar cuenta que se encontraban en el siglo XXI. Un mundo que cada vez iba más a pique, lleno de crimines e injusticas…

-Este planeta si que esta podrido.-pronuncio con voz seca y cortante. Él muy bien sabia que todo lo que pensaba era cierto, la Tierra iba de mal en peor.

Dirige su mirada a la Luna para intentar salir de la atmósfera de ese odioso mundo. Pero luego de unos minutos consigue ver una sombra que interfería en su visión. Se pasó sus manos por el rostro rápidamente y volvió su vista al cielo, no vio nada. Al instante sintió un pequeño ruido, algo parecía haber caído a un lado de él. Se giro, inclinó su cabeza y consiguió ver un cuaderno.

Lo sostiene entre sus manos, era tan oscuro como el firmamento en esa noche. No tenia nada escrito en su portada, pero en su mente pasaba una sola cosa…

-Death Note.-Se dijo a sí mismo, mientras que una gran sonrisa gratificante se dibujo en su amplio rostro.